Mientras viajaba de vuelta en autobús, luego de despedir a Gandhi, me quedé pensando. Meditando en mi cabeza todo lo que pasó hasta ahora. En un abrir y cerrar de ojos estaba en la torre de comandos con mis compañeros, lista para ser enviada a mi próxima misión. Me habían asignado mi atuendo de los años 20, que era mi preferido. Mis compañeros y yo formábamos parte de un grupo de científicos que se oponían al Gobierno. Éramos una especie de guerrilla conformada por militares, espías y científicos que queríamos investigar y tener la posibilidad de crear nuevos mundos. Debíamos investigar cómo se conformaba Solaris, para probar de crear otras Solaris, con otras condiciones climáticas, mejoradas. Jugábamos con ser Dioses, creadores de mundos.
Por eso teníamos estrictamente prohibido delatar o hablar de nuestro grupo, de nuestras misiones con gente extraña. Y si alguien nos secuestraba, y nos torturaba teníamos nuestro código, que repetiríamos hasta al hartazgo, como método para no hablar ni dar información. Estábamos entrenados para todo aquello que se nos pudiera interponer en nuestra misión.
Rafaela, estuvo con nuestro grupo por mucho tiempo. Pero un día, luego de tener una charla con mi padre... Huyó hacia él, él que representaba todo lo que habíamos decidido hacia tiempo que no queríamos, nuestras misiones no podían ser compartidas con él, él era del Gobierno, sabotearía todo, así lo expresó en varias ocasiones. Las discusiones familiares eran atroces, hasta que un día decidimos hacernos a un lado las dos. Y seguir nuestros propios pasos en la guerrilla de la que formábamos parte.
Nuestro padre había quedado devastado, que sus hijas se le pongan en contra. Era algo impensado, inimaginable...pero pasó
Luego Rafaela me abandonó...tal vez porque sentía que se lo debía a nuestro padre. Acompañarlo como él siempre lo hizo con nosotras, incentivándonos a estudiar, a ser mejores, a pensar en ayudar a otros, ser compasivo. Pero nuestros intereses de mejorar la sociedad son opuestos. ¿Quién tendrá la razón? ¿Acaso importa? Solo queremos tener poder, EL poder, el control es algo que rige en la sociedad y lo es todo. Papá siempre decía que podíamos ser héroes, pues yo quería serlo, pero sin tenerlo a él diciéndome como pensar o que hacer.
La misión que me habían mandado a cumplir no tenía duración específica, tenía que encontrar un reactor que necesitábamos para completar una parte del artefacto que están construyendo unos científicos de nuestro equipo. Al cabo de cierto tiempo siempre nos mandan mensajes para saber cómo tenemos que proceder. Todos tenemos un dispositivo, diminuto, insertado en nuestra piel, que nos produce visiones ( señales) que nos envían desde la central, a veces son mapas, otras veces acompañadas de mensajes.
Yo caí en Solaris, pero no me habían indicado las condiciones del lugar, sólo me indicaron donde encontrar mi equipaje y el mensaje era que aguardara "las siguientes coordenadas". Luego silencio...y el silencio sigue todavía, lo cual es extraño.
Nunca pensé que aquí, en esta tierra desconocida para mi, se me presentaría una aventura diferente, luego de perderme en el mercado de frutos no me hubiese imaginado que un mapa y un papel con palabras tan misteriosas vendrían a cambiar mi rumbo. Según el desconocido "era mi destino", "destruir la pócima en la frontera" (eso estaba escrito en el papel). Y luego en el mapa en letra pequeña "la pócima encontrarás, bajo el árbol de naranjos buscarás, tu destino así cosecharás". Las personas que me entregaron esto tenían una misión para mi, esas personas desconocidas me conocían de alguna manera, y querían darme una misión, la misión, ¿más importante de mi vida?.
No sé pero ahí estaba yo...Luego de buscar y buscar ese bendito árbol de naranjos, de conocer a Jacinta, luego analizar ese cuaderno con plantaciones...y al fin toparme con Gandhi que ¿certeramente? Me guió hasta donde tiene que estar el árbol, donde tienen que estar todas las respuestas que tanto estoy buscando. A contra reloj, ya que pueden solicitarme mis superiores en cualquier momento y deberé partir.
No queda mucho tiempo.
Bajo del autobús, y empiezo a caminar, con mapa en mano. A lo lejos, veo un árbol de naranjos, inmenso. Con las características del que figura en el mapa de Ghandi. Empiezo a correr hacia él. Mis ojos lloraban de alegría y no sabía porque... en realidad sí, era que algo se empezaba a esclarecer, al fin en mi vida.
Cuando me voy acercando, empiezo a caminar, y veo que no estaba sola. Había dos personas sentadas en la base del árbol. Dos personas... una mujer y un hombre. Eran?.... acaso eran?....
Sí, Rafaela...y mi padre...
Una vez cerca de ellos, cruzamos miradas serias, y les pregunto que diantres hacen ahí. Mi padre me dice: "Era la única forma de hacer que quieras o repienses vernos o hablar con nosotros era haciéndote que te embauques en una aventura. La forma de distraerte y lograr hablar llegar a vos."
Mi cara, tornó de seriedad a enojo...estaba ...muy desilucionada ... quería llorar...debí haberlo pensado. Mi padre siguió hablando:" Debemos destruir Solaris, los científicos que pertenecen a la guerrilla en la cual militas sólo quieren crear mas mundos así, reconstruirlos, pero solo producirán mas padecimiento. Sabes de las enfermedades que acarrea la gente que vive aquí, el sol, la sequía, genera pérdida de visión en corta edad, desnutrición, más desigualdad social..." De repente se abre una pantalla entre nosotros, y se ven imágenes de gente tirada por las calles, gente desnutrida, gente deshidratada con sus rostros cuarteados. Esqueléticos. Peleando por comida.
"Ese es el futuro", replica mi padre luego de señalar las imágenes.
"El sol arrasará hasta los mas ricos, y todos padecerán. Es lo que sigue. Es cuestión de tiempo.", prosigue: "Debemos destruir, para volver todos a donde pertenecemos. La gente que vive aquí merece una vida digna".
"Tenía que traerte hasta aquí, así te salvabas. Por favor hija súbete con nosotros a la nave, y veremos como se destruye todo. . Ya evacuamos a toda la gente, mis agentes están haciendo todo para que no quede nadie. Solaris no debe existir más, pronto, en unas horas todo terminará debemos irnos de aquí", expresa mi padre con tono decidido, serio y con los ojos llenos de verdad. Prosigue: "podremos volver a estar los tres juntos, crearemos nuestro propio equipo, seremos invencibles, con el gran conocimiento guerrillero de ustedes y mis conocimientos. Por favor."
Me tiro sobre él, lo abrazo fuerte, Rafaela agarra mi mano, corremos todos hacia la nave, por la ventanilla vemos como todo comienza a hacerse pedazos. Solaris, y mi pasado. Empezaba una nueva etapa para mi. La sangre a veces tira más.