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hace algunos años la reina de entak esperaba a una bella niña, la princesa y heredera que ella siempre había soñado, a la niña que mimaría hasta el último día de su vida pero, al parecer, la deseada princesa era, más bien, un príncipe.
¡qué desgracia! ¿dónde estaba su niña? el recién nacido no era su hijo, ¡por supuesto que no lo era! ella quería una hija, una niña de cabello largo que jugara con las muñecas y se probara diferentes vestidos.

entonces tomó su decisión, felix lee (o eerin lee, como era "conocida" por el resto del reino y el pueblo del mismo) sería la princesa que había estado esperando. la supuesta heredera creció sin ningún problema; tenía unos ojos encantadores, piel casi tan blanca como la nieve, facciones dignas de la realeza, estrellas que adornaban su rostro, sin contar su dulce, elegante y simpática personalidad, era querida por toda persona que tuviera el honor de conocerla.

no había tenido ninguna sospecha, al menos ninguna hasta que cumplió sus diez años y le fue permitido salir al pueblo. tenía demasiadas diferencias con sus nuevas amigas y, aunque eso no le molestaba, era extraño sentir que no encajaba.
la reina se había esfrozado por ocultarle la verdad pero las mentiras tienen piernas cortas y era cuestión de tiempo para que la joven doncella conociera la verdad.

su cumpleaños número doce había llegado y, con el, la curiosidad por los libros dentro de ella, adoraba ir a la biblioteca y leer cuanto libro pudiese, no lo importaba si era de fantasía, historia o ciencia, amaría pasar las páginas y aprender cosas nuevas.
una tarde se escabulló entre las estanterías y encontró un libro que en su tapa ponía la palabra "biología", ¡había encontrado un libro que no había leído antes! fue entonces cuando descubrió que todo lo que le habían enseñado era falso, cosa que no dudó en reclamarle a su madre.

¿a quién se le ocurriría dejar un libro como ese a la vista de su pequeña? ¡ya no aguantaba los reclamos! la voz de la niña lee había pasado de ser una dulce melodía a un ruido incesante en la cabeza de la reina, ¡tan molesta! ¿cómo podía deshacerse de ella?

princesa lee. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora