Capítulo 7

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Disclaimer: Los personajes pertenecen a Kishimoto-sensei.

Historia de Sherryl Woods esta es una adaptación de "La Gran Sorpresa"

¡A disfrutar de la lectura!

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Shikamaru no conseguía apartar la mirada de su hijo. Desde que lo había tomado en brazos en el hospital había sentido una increíble mezcla de amor, orgullo y alegría. No había estado preparado para aquella sobrecogedora necesidad de protegerlo que lo había asaltado.

Shikadai era tan pequeño, tan sorprendentemente frágil, pero al mismo tiempo podía gritar tan fuerte que se le oía desde el cunero donde lo tenían las enfermeras, hasta la habitación de Temari. Sin duda, iba a saber cómo hacer notar cuando algo le desagradaba.

Mientras observaba su rostro, Shikamaru se preguntó si su padre habría sentido lo mismo cuando había nacido. Le hizo pensar en cómo había luchado a lo largo de los años por mantener a su familia, intentando protegerlos, pero quedándose siempre un poco corto. Él había sido testigo de lo derrotado que había vuelto su padre a casa cada vez que no había conseguido un ascenso, o que lo habían despedido de otro trabajo.

Shikamaru había observado, había sentido el dolor de su padre y se había prometido que aquello nunca le ocurriría a él, que siempre trabajaría al máximo, que sería tan bueno que se haría indispensable. Y sabía que aquel era su motor en esos momentos, que no podía rechazar la oportunidad que le habían dado en Konoha. Su trabajo le permitiría darle a Temari y a su propio hijo todo lo que quisiesen o necesitasen. ¿Cómo iba a rechazarlo?

Y al mismo tiempo, aquel trabajo parecía destinado a separarlos.

Suspiró, miró a Temari y sonrió. Por fin se había dormido. Había tenido una fuerza y una valentía increíble en la sala de partos. Se había quedado maravillado con ella. Se merecía dormir durante un mes y él pretendía ocuparse de todo para que ella descansase todo lo que le hiciese falta, aunque no sabía cuánto tiempo podría hacerlo.

Le había dicho a sus jefes que volvería a Konoha después del nacimiento del bebé. Había dado por hecho que sería a mitad de Octubre. Dado que el niño había llegado un par de semanas antes de lo previsto, esperarían que volviese antes, poco después de que comenzase noviembre.

Shikamaru no podía evitar preguntarse cuál sería la reacción de Temari cuando le dijese que tenía que irse. Deseaba desesperadamente que lo acompañase, pero nada en las últimas semanas había indicado que hubiese cambiado de postura acerca de ese tema. Y él sabía que su trabajo de Konoha era demasiado bueno como para rechazarlo.

¿Estaba comportándose como un egoísta, al querer aferrarse a aquella satisfacción laboral y darle una seguridad económica a su familia? ¿O era Temari la que tenía la culpa de todo? Lo único seguro era que ninguno de los dos parecía querer ceder. El amor, que se suponía que lo podía todo, no estaba triunfando allí.

La puerta de la habitación del hospital de Temari se abrió y una enfermera entró justo en el momento en que el bebé empezaba a gimotear de nuevo en sus brazos.

- Veo que llego en el momento adecuado - comentó la mujer, tomando al bebé - Le daré un biberón y lo dejaré en su cuna para que su esposa y usted puedan descansar un poco.

Shikamaru soltó a su hijo a regañadientes.

La enfermera sonrió.

- No se preocupe. Se lo devolveré mañana por la mañana. Se lo prometo. Créame, cuando llegue a casa, me agradecerá haber podido dormir de largo esta noche. Tal vez sea la última en mucho tiempo.

La gran problemática sorpresaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora