𝙿𝚜𝚢𝚌𝚑𝚘 [𝔻𝕒𝕓𝕚×(___)] COMPLETO

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Como siempre después de mi trabajo iba rumbo hacia mi casa, siempre sentía a alguien siguiéndome, nunca me sentía segura, me sentía observada cada segundo (es tan frustrante). Trabajo en una cafetería de medio tiempo.

Trabajo por gusto, ya que mis padres al ser hija única me heredaron todas sus riquezas, en si no tengo porque trabajar, pero quiero conseguir dinero propio.

Soy una chica común y corriente, mi Kosei se basa en la comida, debo comer demasiado para tener fuerzas, tengo telequinesis, puedo mover las cosas con mi mente e incluso explotarlas con solo pensarlo, pero necesito comer en abundancia para no desmayarme.

Mis padres eran héroes muy reconocidos (por eso el dinero en abundancia), pero muy odiados por villanos, por tal razón el asesino de héroes Stein, los asesinó a sangre fría.

Me estoy pagando una buena secundaria, sin embargo, quiero asistir a la UA, quizá con el dinero que llevo ahorrando y la herencia de mis padres es más que suficiente.

Llegué a mi departamento y me di una ducha para después cenar cereal y ver un poco la tele en el sillón de la sala.

Puse mi serie favorita en la televisión, uf, el protagonista me tiene a sus pies, sin embargo, me gustaría tener una amiga o amigo con quien verla. Después de unos episodios me quedé dormida en el sillón.

A la mañana siguiente me di cuenta de que era tarde para llegar a la secundaria, solo me cambié y tomé un pedazo de pan, salí corriendo y llegué al metro justo a tiempo.

Cuando llegué a la secundaria y como usualmente veía, estaba el rubio explosivo molestando al indefenso "Deku" como así le ha dicho siempre el rubio.

Quize hacerme de la vista gorda como siempre, pero estaba harta, y no me imagino lo que siente el peliverde.

- ¡Ey!
- Tch —volteó a verme con cara de pocos amigos y dijo —¿qué quieres niña?
- Ya deja a Midoriya y métete con alguien de tu tamaño.
- N-no...estoy bien —dijo sacudiendo sus manos negando mi ayuda. 
- Quítale las manos de encima BRAVUCÓN. —dije viendo al rubio ignorando al peliverde.

- ¡Shine! —el rubio se acercó a mi amenazante mente golpeando mi abdomen con una pequeña explosión que logró hacerme toser sangre al caer al suelo. Luego se fue dejándome a mí y al peliverde en el suelo, ambos con heridas razonables para no poder levantarse por un rato, sin embargo, el peliverde se levantó y fue hacia mí con una mirada triste.

- L-lo siento mucho —se arrodilló e hizo una reverencia— tu-tuve que hacer algo y no te pude proteger, por eso no puedo ser un súper héroe... —dijo lo último en voz baja.

- No podías hacer nada, es un idiota. —sonreí sin darle la mínima importancia que había clases y acaban de cerrar las puertas de la escuela.

- ¡L-lo siento, no quise que perdieras tu clase por mí! —dijo dándome la mano para levantarme sin dejar de hacer reverencias de disculpa. 

- Ey, deja de disculparte por todo, tú no tienes la culpa, siempre he ignorado lo que te han hecho cada vez que veo cómo te lastima, yo debo disculparme.

Hablamos un buen rato para esperar la segunda hora y poder entrar. Nos despedimos y entramos cada quien a nuestra aula. Me alegra haberme detenido, conocí a una maravillosa persona.

Después de la clase ambos quedamos en vernos en la salida para ir juntos a casa, algo que me agradaba ya que quizá así me sienta menos observada, pero fue en vano, parece que lo molestó...