Estaba en Londres con mis padres el fin de año, queríamos celebrarlo viendo los espectaculares fuegos del ojo de Londres. Ya quedaba menos, habíamos ido del 27 de diciembre del 2011 al 3 de enero del 2012. Estaba emocionada, era la primera vez que pisaba Londres y me encantó, aunque siempre he tenido debilidad por lo francés y no se por qué, aún así, es lo que hay. El caso es que todo me resultaba bonito, los monumentos, los lugares, los sitios como el barrio chino (aunque haya varios barrios chinos) el de Londres me sorprendió bastante. Me gustó tambien las preciosas vistas que ofrecía el Thamesi y sus maravillosos vientos helados que te rejuvenecían. Me gustaba todo, mi madre era la que me apoyaba para que hablara el inglés. Reconozco que al principio me costó pero al acostumbrarme me relaje, la verdad que mi madre tiene la paciencia de un santo. La adoro, simplemente, la vida le ha dado tantas patadas que no se ni como ha aguantado, pero es tan fuerte que me apoya para todo, tanto en lo bueno como en lo malo y siempre está ahi para y por mi. Reconozco que en parte es mi guía para la vida, tanto sentimental como de mi sabiduria. Mientras, mi padre nos guiaba por todo Londres. En verdad, no era mi padre, pero lo consideraba como tal. Los recuerdos mas vivos que tengo él ha estado, así que lo nombro como padre. Es bastante cabezón, pesado, enterado, gruñon, comecocos y muy, muy, muy, pero que muy pesado, aún así el fue el que nos animo a ir a Londres. En ese mismo instante estabamos decidiendo donde ibamos. Pensamos en visitar Trafalgar Square y el museo, pero nos decidimos por pasear frente al rio con la vista del Big Beng en nuestras narices. Al ser en invierno hacia frio, y estabamos muy abrigados, aunque nosotros estabamos comodos. Y ese instante lo vi. No se decir exactamente a quién ni cómo, pero lo vi, era él, estaba segura. Ya me había avisado en un sueño.........continuará