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Changlix | 0%...

ChangBin creía que la suerte se negaba a acompañarlo, que lo detestaba y que se quedaría solo y desempleado por siempre. Cada entrevista de trabajo a la que acudía le decían lo mismo, ilusiones vacías y poco creíbles, comenzaba a perder sus esperanzas. Sin decir, que también probó con otros medios para cambiar su suerte, como talismanes, joyería, llevar un trébol de cuatro hojas en su bolsillo y hasta consultarle al tarot.

-¿Entonces... tendré suerte? - Preguntó un tanto inquieto y agobiado por el raro olor del lugar. Frente a él habían cartas sobre una mesa y velas, muchas, muchas velas.

-No necesitas suerte, necesitas creer en ti, cuando lo hagas todo cambiará -Para ChangBin eso significaba que perdía su tiempo allí, tenía que irse y no volver jamás, ya que al final no escuchó una respuesta que buscaba.

La vida era cruel, a este punto se consideraba la persona con peor suerte en el mundo, estaba soltero, sin trabajo y pocos ahorros. Pero en cuanto vio la pileta de los deseos en la cual varios creían, quiso probar una vez más.

-No puedo creer que vaya a hacer esto, debo estar muy desesperado -Murmuró hablándole a la moneda en sus manos. Cerró sus ojos con esperanza -Por favor, quiero un empleo -Pidió para luego arrojarla al agua.

Esperó tres segundos para volver a abrir sus ojos, no es que fuera supersticioso o impaciente pero no veía ningún cambio o algo que le hiciera sentir mejor. Suspiró sacando otra moneda, quería intentarlo de nuevo, quizás la probabilidad aumentaría mientras más veces probaba.

-Si las lanzas de espaldas, es más efectivo.

De pronto, una dulce voz proveniente de la muchedumbre llegó a sus oídos. ChangBin buscó y esperó a que su campo de visión se despejara un poco, entonces lo vio a él, con la sonrisa más bella que sus ojos hayan visto. No pudo evitar actuar torpe y tambalearse mientras daba un tímido paso y llegar a su lado.

-¿Eso es verdad? -Preguntó pero solo cuando estuvo lo suficientemente cerca, pudo notar que el chico que resultó ser Felix, estaba allí por la misma razón que él.

-Yo también pediré un deseo, si quieres lo hacemos juntos - Le sonrío provocando que su corazón se llenara de una sensación inexplicable, que iba desde la inquietud a la tranquilidad.

ChangBin asintió en silencio ya que las palabras no salían o no sabía cuales escoger. La primera vez que lo vio, ni siquiera pudo preguntarle su nombre.

Felix le enseñó su forma de hacerlo y ChangBin como un niño pequeño e inexperto, lo imitó. Al tener a alguien como Felix enseñándole, puso fe y confianza para que su deseo se cumpliera.

Pasó un mes, las cosas habían mejorado tal cual como lo pidió, le extrañaba y es que no podía creer que la pileta de los deseos funcionara en verdad. En poco tiempo si situación cambió, su suerte iba mejorándose sin justificación alguna, pero todo esto lo llevó a ser ambicioso debido a que todavía tenía en mente un deseo que pedir.

Fue una vez más, en esta ocasión llevaba montón de monedas en sus bolsillos, tenía planeado que resultara porque aún creía en las probabilidades. Se acercó con bastante seguridad y justo en el mismo lugar de la vez pasada, como si estuviera esperando su encuentro, ahí estaba Felix.

Su suerte era maravillosa, porque precisamente su deseo tenía que ver con él.

-Conseguí trabajo -Anunció ChangBin con una sonrisa al tiempo que daba lentos pasitos hacia su lugar -Gracias por el consejo

La mirada de Felix reflejaba un sentimiento muy distinto a lo que su sonrisa transmitía, se veía agotado, desesperado, sin embargo, eso no le apagaba la bella luz que iluminaba sobre sí.