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Después de un milenio, he regresado. Ustedes no lo saben pero mi salud decayó por intoxicación por carne (Chicos tengan cuidado al momento de consumir alimentos hecho por otros). En fin, mientras me recupero iré actualizando en estas semanas algunos capítulos y trayendo una que otra noticia.
NT: Aún sigo celebrando navidad jajajajaja :v
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—¿Esta segura de ello?
La fría amenaza llegó a los oídos de Karin. No podía entender si sentirse feliz por ello o desesperarse por haber despertado accidentalmente a la bestia.
—Oh, bien.
«¿Acaso planea golpearme?» Karin pensó que Abigail quería llevarla a un lugar donde nadie más las viera. Su rostro mostró preocupación.
Las demás damas solo podían hacer contacto visual entre ellas, nadie se atrevió a decir algo. Karin siguió a Abigail donde la condujo fuera del salón.
El pasillo que conducía a la parte trasera del edificio estaba desértico. Solo la aflictiva luz del sol del verano entraba por las ventanas.
«¿Qué me va a hacer?» En este punto, comenzó a sentirse muy asustada, era peligroso ir demasiado lejos. Paralizada ante tal pensamiento, se detuvo mirando la espalda de Abigail, y dijo:
—Reina, ¿A dónde vamos?
Karin trató de mantener la compostura, pero sin darse cuenta sonrió de forma tímida. Cuando Abigail miró hacia atrás, Karin dejo de respirar.
Estas leyendo soy la madrastra, pero mi hija es tan linda con ayase18 & sleepwolf18
El rostro de Abigail estaba ferozmente rígido en comparación con lo habitual. Karin, apenada por lo que dijo intuyo que ese era el motivo de tal expresión.
—Señorita Karin, me preocupa que alguien pueda escuchar lo que voy a decirte...—Abigail con un tono tranquilo dijo.
«¿Es así como se escucha una declaración de muerte del Señor de la Muerte?» Karin se estremeció mientras esperaba a que Abigail continuara.
Abigail miró a su alrededor para asegurarse de que nadie los estuviera viendo o escuchando, y se acercó a Karin. La fría voz de Abigail llegó a los oídos de Karin.
—No me malinterpretes, escucha. Señorita...
Karin se estremeció ante la anticipación de sus próximas palabras.
—En tus dientes frontales...
«¿¡Qué!? ¿¡Me va a romper los dientes frontales!?»
—Hay caviar.
—... ¿Sí?
«¿¡Caviar!?» Karin pensó que había escuchado algo mal, pero Abigail habló con un tono mas decisivo.
