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"¿Es posible dejar de amar a alguien que, a pesar de todo siempre te quiso? Que no le importó nada con tal de verte feliz, dime, ¿Es posible dejar de amar al amor de tu vida?

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"¿Es posible dejar de amar a alguien que, a pesar de todo siempre te quiso? Que no le importó nada con tal de verte feliz, dime, ¿Es posible dejar de amar al amor de tu vida?...

¿Es posible vivir en paz sabiendo que le hiciste daño a la persona que más te amaba y nunca te perdonó?

Dime Alexby, ¿es posible que llegues a perdonarme algún día?"

Nuevamente, la misma carta de aquel admirador secreto dentro de su casillero que se había hecho presente cada día a la misma hora sin falta desde hace ya una semana.

Alex aún no comprendía quién era el autor de las anónimas, intentaba buscar alguna explicación, algo que le diera indicio de quien podría ser, pero nada. No había nada razonable (según él) para que alguien pudiera fijarse en su persona, simplemente no había razón alguna para hacerlo.

Y aunque las probabilidades de que todo fuera una broma pesada de alguno de sus amigos o de alguien que simplemente no le caía bien Alexby, no podía evitar sentirse feliz al leer tan bellas palabras, le hacía sentirse especial para alguien, aunque también triste al saber que estaba haciendo sufrir a esa persona, pero no sabía el por qué.

¿Hacerle daño a él? ¿Cómo? ¿Perdonarlo por qué? ¿Qué fue aquello tan malo que le hizo esa persona? Preguntas que le quemaban el cerebro y no le permitían concentrarse.

La campana retumbo por todo el establecimiento dando aviso a todos los estudiantes que debían volver a sus respectivos salones. El pequeño azabache cerró su casillero y comenzó a caminar en dirección a la biblioteca para buscar un libro que necesitaba para su próxima clase, en el transcurso pensaba su mejor amigo, siempre lo esperaba en la hora del almuerzo y ambos iban a la cafetería juntos, pero en esa ocasión, el de ojos ambarinos le había avisado con anticipación que estaría con Willy.

No dio muchas explicaciones y eso le pareció raro, últimamente el chico de boina verde y el castaño pasaban mucho tiempo juntos, incluso Willy, quien era el que más estaba al pendiente de Alex (además de su mejor amigo), había comenzado a prestarle más atención a Fargan, con quien pasó lo mismo. Pero esa historia sería contada en otra ocasión.

Luego de buscar el libro que necesitaba, Alejandro salió de la biblioteca para dirigirse a su salón, pero al momento de comenzar con su recorrido, sintió como de un repentino choque caía al suelo, haciendo que la otra persona detuviera su paso para ayudarlo.

Mientras el de tés blanca se quejaba del dolor en el suelo, levantó la mirada para encarar al responsable de su caída viendo como este al instante se colocaba la capucha de su suéter, impidiendo así que pudiera ver su rostro, cosa que le pareció raro pero que pasó por alto debido a su enojo.

── ¿¡Por qué no te fijas por donde vas!? ¡No puedes simplemente ir por ahí chocando con la gente! ── reclamó con enojo Alexby.

El encapuchado lo miró con asombro, aunque era difícil de notar ya que gran parte de su rostro estaba cubierto.

── "No has cambiado en nada, sigues siendo el mismo chico temperamental" ── pensó el desconocido mientras una pequeña sonrisa se dibujaba en sus labios.

Al notar como aquel chico se le quedaba mirando embobado, Bravo lo miró confundido y a la vez molesto mientras fruncía más el ceño.

── ¿Acaso no piensas ayudarme ni disculparte después de haberme tirado al suelo? ── la molestia podía notarse no sólo en su rostro sino también en sus palabras.

── Ah si, si, l-lo siento ── el chico sacudió su cabeza saliendo de sus pensamientos .

── "Esa voz..." ── pensó el menor apenas lo oyó y un escalofrío recorrió su cuerpo mientras lo miraba con asombro.

── No fue mi intención hacerlo, estaba algo apurado y no me fije por donde iba. ── el chico con capucha simplemente mantuvo la cabeza gacha, parecía nervioso, le extendió la mano al menor para ayudarlo a levantarse, éste acepto la ayuda y al estar ya de pie pudo notar como rápidamente él se agachaba a recoger el libro que segundos antes Alex tenía en sus manos, se lo entregó y se fue lo más rápido que podía.

El ojiazul se quedó en su lugar mirando hacia la dirección en la que el desconocido se había marchado, trataba de asimilar lo que había pasado, su voz no paraba de retumbar en su cabeza, estaba seguro de haberla escuchado en algún lugar.

── "No puede ser él..."

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[Cartas Para Alexby]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora