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Sus palabras me tomaron desprevenida, no pensé que preguntaría ahora, tal vez más tarde pero no ahora.

Respira y relájate Dany, ahora responde.

-Lo descubrí ayer. Tomé las notas, las flores todos los detalles que me enviaste y me hice una idea de quién eras. Nunca me habían regalado flores y menos que tuvieran un hermoso significado con ellas.

Él me estaba escuchando atentamente, analizando mis palabras. Me siento algo nerviosa.

-Por cierto, ¿Sabías que tu hermano es como una viejita chismosa?-. Reí y me pareció que el chico a mi lado estaba pálido.- Me contó varias cosas interesantes.

No me había dado cuenta que estábamos cerca de la playa. Que raro, en la vía a la fiesta no había ninguna playa.

-Entonces, mi hermano me delató...

-Indirectamente, sí.

Quería reír, y lo iba a hacer.

-Dany, ¿Yo te gusto?

Mi pequeña risa se detuvo. Y supe que era momento de confesar, nuevamente, mis sentimientos.

-Si, Lucas. Me gustas y mucho.

Ok, no esperaba este repentino silencio.

-Lucas... ¿Yo te gusto a ti?

Siento que me falta el aire, olvidé como respirar, ay.

-Me encantas, todo tu, eres única e irremplazable y entraste a mi corazón sacando a los demás y reclamando como tuyo. Te quiero, Dany.- sentí como alejaba una mano del volante y buscaba la mía.

-Creí que te gustaba Miriam.

-Lo dije porque en ese momento pensé que aún querías a Nick y temí a que te sintieras incómoda si confesaba mis sentimientos hacia ti.

Solté una carcajada y tome su mano.

Y sonreímos mientras seguíamos rodando en ese auto. Apreciaré cada momento.

-¿A dónde vamos?-. Realicé mi pregunta al ver que aún estábamos cerca de la playa.

-Te dije que pasaríamos el fin de semana en la playa, ¿No?

-Si, pero hoy es vier... Oh.

Vi como se forma a una sonrisa traviesa en Lucas, caramba, quiero tomarle una foto.

-Tus padres me dejaron traerte desde hoy, un día más conmigo y la playa.

Procesando... Oh, interesante. Sentí mi cara arder.

Revise mi teléfono y tenía un mensaje de Miranda y de mis mamá: empecé por el de mi mamá.

«Disfruta, mi niña. Ese muchacho tiene buenas intenciones y lo aprobamos. Con cariño, tus papis.

PD: usen protección, si lo llegan a hacer»

-M-ma... Ma-mamá- Lucas empezó a reír a carcajadas.

-Me imagino que dice ese mensaje, me dijo algo parecido cuando hablé con ella.

Santo cielo...

Necesito respirar. Dany, recuerda como se respira, por favor.

Salí de su chat y leí el mensaje de Miranda.

«No te preocupes por ropa y esas cosas, ya me hice cargo y deben estar en el auto de mi cuñado. Cuídate, aunque sé que sabrás qué hacer.

Te queremos mucho.

Att: Gloria y Miranda.»

Este mensaje estaba mejor que el de mis padres, quién lo diría.

Llegamos a un hotel, las habitaciones eran casas pequeñas, dos habitaciones por casa, y nos registramos o algo así. Según Lucas, solo lo hacen por apariencias ya que su familia maneja gran parte del hotel. Que por cierto, el hotel está al frente de una playa y tiene sus piscinas, vaya.

Lucas se acercó a mi con una llave, esa era mi habitación y que compartiría con Miriam en unas horas. Lucas tenía otra, era la habitación de al lado, hasta dentro de las habitaciones habían puertas que conectaban con ambas habitaciones.

Decidimos desempacar y luego ir a cenar, yo aproveché la oportunidad de cambiarme por unos shorts y una camisa con un estampado de mi banda de rock favorita. Gracias por hacerme la maleta, hermanas mías.

Escuché a Lucas tocar la puerta y salí, fue como cualquier otro día o noche en el que hablaba con Lucas sólo que ahora somos novios y hay menos distancia que antes.

Este fin de semana será uno de los mejores de toda mi vida, aunque sé que vendrán más si sigo al lado de Lucas.

Debo recordar anotar todo esto en mi querido diario. Para que si en algún momento olvidó todo esto pueda siempre buscarlo y recordar mis momentos prestados y nunca perderlos.

Querido DiarioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora