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Esa tarde en uno de los cuantos gimnasios que ocupaba el equipo de vóleibol masculinos, el líbero, de mechón rubio practicaba sus recepciones en la paz y tranquilidad solitaria, hasta que una aquella voz reconocida se hizo presente dando hincapié al nerviosismo que se apoderada de todo sus sentidos y cuerpo ocasionando que el balón en el aire le diera directo en la nariz, mientras su trasero y espalda caían de golpe al suelo.

Con una maldición en español procedente de la chica se acercó al pobre muchacho tendido en el suelo y nariz enrojecida, cuando esta se sentó a su lado y se aseguró que estuviera bien, la chica se echo a reír mientras Noya le daba una mirada de reproche para luego sentarse junto a ella.

-Seguro ¿Qué estás bien? - volvió a preguntar la mujer mientras aún aguantaba las risas por el recuerdo del golpe.

El chico japonés con nuevamente una mirada de reproche a la chica decidió suspirar – Si, estoy bien- dijo – Pero ¿Qué haces a estas horas acá? - Cuestionó pues estaba lo bastante seguro que la mayoría de los estudiantes se habían ido a sus hogares.

La oji-marron divago un poco hasta que disidió revelar el porqué de su estadía – Estaba esperándote – dijo alzando sus hombros, obvia, pero para el castaño no lo era tanto.

- ¿Y para que me esperabas? – volvió a interrogar, mientras la chica podía sentir el golpe mental en su frente gracias a la lentitud del chico.

Un suspiro escapó de sus labios mientras Noya seguían sin comprender la actitud de la castaña por esperarlo.

-Pará así poder caminar con el chico que me gusta—dijo finalmente.

Como siempre la mujer esperaba una risotada de parte del chico mientras su mano tocaba su espalda con repetidas palmaditas. Era solo que estaba vez el susodicho tenía un ceño fruncido de molestia en su semblante.

Haciendo que la chiquilla le cuestionara la actitud nueva que mostraba ante ella –¿Por qué te vez enojado? - dijo.

- ¿Acaso no te cansas? - gruñó - ¿Por qué siempre bromas conmigo? ¡¡Siempre juegas con que yo te gustó!! – acaparó aire para luego calmarse -...y esto- señaló con su dedo índice a ambos -Comienza a cansarme- concluyo, para luego pararse y comenzar a recoger los balones del suelo.

Claro estaba ______ no era una chica muy paciente y con Noya estaba teniendo un récord mundial pero aún así no lo culpaba del todo pues ella también era culpable de que el chico no la tomará enserio por sus repetidas bromas, a pesar de que esta era su extraña forma de coqueteo.

Aun así aquella reflexión no fue capaz de sacarla en aquellos momentos cuando estaba junto al castaño pues cuando una persona explota en ira no comprende los errores propios y sólo escupe basura en contra de la persona que te hace enojar.

Provocando que solo saliera cinco palabras de su ser herido y enojado a causa del extraño "rechazo" - Sabes... ¡Eres un gran idiota! - le grito enfuscada la morena al chico mientras este con la misma iría se giro volviendo a soltar los balones de sus manos y acercarse a paso decido a la mujer para encararla.

-Entonces si soy un idiota... - la observó – Deberías dejarme en paz- gruñó para luego volver a girarse y retomar su trabajo anterior.

La chiquilla, finalmente suspiro y como todo ser de dieciséis años que cuando la ira se apoderaba poseía más orgullo que hormonas decido terminar aquel alboroto.

-Está bien, tú ganas, Noy...Nishinoya- desidia, salió del gimnasio y dejar al chico que le gustaba atrás, pues estaba en cierto modo rindiéndose con el líbero y además lo más probable es que el chico quizás jamás se daría cuenta de que le quería.

La página de Nishinoya yuu estaba dispuesta a terminarla y cerrarla definitivamente. 

Los Sets del Amor ( Yū Nishinoya y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora