彡◦ೋ ∴ꜱᴇᴇꜱᴀᴡ∴ ◦ೋ 彡 {Neo Adaptación}

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Muy bien, este juego repetitivo de balancín,

Ya es hora de que pongamos fin a esto.

De acuerdo, este aburrido juego de sube y baja,

Alguien tiene que salir de aquí,

Yo no puedo...

~Seesaw, BTS~

Hakyeon soltó un gemido bajo, el agarre del alfa en su cintura era firme mientras le embestía sin compasión alguna, y terminó derrumbándose cuando olas de placer lo golpearon, el mayor jadeando contra su oído.

El omega miró el rostro sudoroso de Taekwoon, y sin pensarlo demasiado, levantó su cabeza para poder darle un beso en los labios, olvidando por completo las advertencias del alfa.

Taekwoon no dudó en darle una bofetada por lo que quiso hacer.

—Besos no —gruñó Taekwoon alejándose, saliendo de su interior.

Hakyeon acarició su mejilla adolorida. El golpe no había sido fuerte, pero aun así, dolió como el infierno por el significado que tenía.

Por supuesto que Taekwoon no querría besarlo. Cristo, ellos no eran novios, no eran siquiera amigos, y el alfa sólo lo usaba a su sucio placer.

Observó la espalda pálida de Taekwoon mientras recogía sus ropas dispersas en el cuarto, y sin decirle otra palabra, fue al baño para limpiarse y sacarse su olor.

Algo más dolió a pesar de que no era una sorpresa que Taekwoon hiciera eso, porque maldita sea, todos sus encuentros eran sólo sexo. Sexo y nada de amor.

Hakyeon estaba terriblemente enamorado de Taekwoon, y Taekwoon lo sabía, usando esos sentimientos a su favor, para tenerlo manejado como un títere, para hacerlo caer cada vez que se veían, y Hakyeon no podía resistirse. No podía decirle que no a Taekwoon por mucho que lo intentara. El alfa siempre hallaría la forma de abrirle las piernas.

Cuando supo que Taekwoon iba a salir, se giró en la cama, envolvió en la sábana y fingió estar dormido porque no quería enfrentarlo, no quería mirarlo, cuando el mayor sólo le observara con indiferencia, marchándose con unas secas palabras.

Taekwoon ni siquiera se quedó a mirarlo. Pasó a su lado, saliendo del cuarto, y segundos después se escuchó el portazo de la casa.

Una vez solo, Hakyeon se permitió llorar.

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Cinco meses atrás inició un nuevo ciclo escolar en la secundaria, y era el último año de Hakyeon en el colegio antes de que tuviera que decidirse por una carrera (si es que deseaba seguir estudiando). Había ingresado al instituto, algo desorientado porque debía buscar su nuevo salón de clases, cuando vio a Taekwoon guardando sus cosas en el casillero, y no pudo evitar admirarlo de lejos.