Capítulo 3: Anne

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Llegué ya cambiada una hora después del desastre y fui a hacer mis labores de siempre, ayudaba a las señoras a ordenar las sábanas recién lavadas a mano para que estas pudieran secarse al sol. El día transcurrió con normalidad hasta la hora de la cena donde de nuevo tuve que ir a servir, esta vez tomé precauciones para que no volviera a ocurrir lo de la mañana, serví primero a los marqueses, a la sobrina y por último a las gemelas, separandome unos cuantos centímetros de los pies de estas.

──Keith ¿puede ser tan amable de traerme agua? No me apetece beber nada con alcohol

Asentí ante las palabras de la joven rubia y fui a cocina para poder servirle un trago de agua, ya en la cocina agarré una preciosa jarra de vidrio decorada con flores y se la llevé al comedor, le serví y me agradeció por ello hice una pequeña reverencia y me retiré del salón hasta el postre. Apoyada en una de las encimeras de la cocina suspiré mientras miraba a algún rincón de la cocina, allí todo estaba en movimiento los cocineros cuidaban que todos los sabores se mezclaran de forma exquisita para el paladar de los nobles, las criadas limpiaban las vajillas ya usadas de la anterior comida y yo, allí estaba apoyada en una encimera hundida en mis pensamientos.

──Oh valgame Dios, que asombrosos se ven esos ropajes en usted, que me perdone mi niña pero a usted le quedan mil veces mejor

──Amelia, que bueno verla de nuevo, su vestido es precioso veo que tiene manos de angel para la costura

Amelia negó con la cabeza muchas veces seguidas

──Usted es una joven muy bonita, con manos finas y piel blanca, si te quitaras el recogido de tus cabellos castaños bien cuidados y suaves seguro estaría el doble bonita, hazme caso que yo ya fui una muchacha como usted

──No creo que para lo que trabajo yo todos los días de la semana sin casi tiempo alguno de estar con mi familia tenga yo tiempo de arreglar mis apariencias 

──¿Nunca te has enamorado chiquilla?

Pensé la pregunta detenidamente por unos segundos antes de contestar

──Nunca, en la vida, no sé ni qué se siente eso ¿Qué es el amor buena Amelia?

──Valgame, valgame, quién te escuche, el amor es un sentimiento muy bonito solo si consigues el verdadero, yo cuando era una muchacha, al que ahora es mi señor y yo nos casamos siendo unos críos inexpertos pero que con el tiempo nos enamoramos, ahora compartimos lecho hasta que la muerte nos separe

──Que bonito debe sentirse el ser amada doña pero cuando eso me suceda a mí yo le contaré y le hablaré de mis historias ¿trato?

──Encantada de escuchar yo sus historias de primeriza, te daré mis más mejores consejos para ello ahora tire para el comedor que esperan el postre

Sonreí, agarré unas bandejas con unos exquisitos pasteles y los serví en la mesa, noté una mirada en mí así que por el rabillo del ojo observé a la joven rubia que me observaba detenidamente de arriba abajo, quizá se dio cuenta de mis nuevos ropajes, dudé por un momento pero decidí ir hacia ella

──¿Pasa algo señorita?

──Oh, no es nada, me fijé en que cambió de ropas y vi que ese color te sienta muy bien

Vi que una de las gemelas golpeó la mesa duramente, era la misma que hizo que me tropezara esta mañana

──Bueno ¿ya, no? Dejaros de cháchara queremos disfrutar del postre

──Mary, no seas grosera con la señorita que amablemente nos vino a servir

──Iugh Anne, a veces eres insoportable ni hay quien te entienda

(¿Anne? Así que así se llama)

El marqués se aclaró la voz y con su tono de voz de siempre, señor amargado, se dirigió a mí

──¿Puede irse de una vez?

──Ya mismo señor

Abandoné la sala, fui al baño allí lavé mis manos y mi cara, lista para salir e irme a casa para poder disfrutar del día restante junto a mi familia. Salí de palacio despidiéndome de Romina, Amelia, los cocineros y los demás, crucé los jardines reales, hacía un poco de frío así que me apresuré lo más rápido que pude hacia mi casa, llegué y me encontré con toda mi familia cenando un poco de sopas que mi madre había preparado

──Hija por fin

Mi padre me besó las manos, mis hermanos me abrazaron y mi madre besó mi cabeza, me senté junto a ellos y les comenté de todo

──Hoy conocí a alguien que me ha llamado la atención, no es como todos los ricos

──¿Y quién se supone que es esa joven? -Añadió mi madre con cierto interés

──Es la sobrina de los señores, vino acompañada de dos amigas que son gemelas aunque una de ellas fue una verdadera bruja, hizo que yo me tropezara, arruiné todos mis ropajes pero la buena Amelia me prestó los que ahora llevo encima de su hija la mayor

──Que persona tan mala, no te cruces mucho con ella en lo que se quede

Mi madre me miró con preocupación después de añadir esas palabras 

──No se preocupe madre, haré lo posible por no encontrarme con ella fuera

Mis hermanos acabaron de cenar y se marcharon a jugar, solamente nos quedamos mis padres y yo

──Hija hay algo que te tengo que comentar

──¿Sí padre?

──Me han hecho un gran pedido del extranjero, vamos a ganar mucho dinero con ello

──¿Enserio? Me alegro mucho por ello

──Cariño, eso no era lo que íbamos a decir...

──Ah sí, disculpe, hay otra noticia, vas a ser hermana de nuevo


──¿De veras? Genial.. Pero, con un solo pedido no vamos a poder mantener a otro hijo padre, deben ser más responsables, no es que no esté feliz por ello pero tendré que trabajar más duro para conseguir más y poder vivir bien, la abuela necesita sus medicinas

──Lo sabemos hija por eso yo me he puesto a trabajar en el mercado con el señor de Amelia, vendiendo fruta fresca se consigue buen dinerito

──Madre... Está embarazada no creo que esforzarse y moverse sea lo más adecuado

──Hija, te preocupas demasiado, estaremos bien

──Bien... Creo me iré a dormir, estoy agotada por hoy buenas noches padres

Me levanté de la mesa, subí al pisito de arriba hacia mi habitación, me cambié y me tiré en la cama pensando en muchas cosas hasta quedarme del todo dormida.

Same Than You [EN PAUSA] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora