Corto: Reencuentro de nuestra historia que no puede continuar.

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Era una tarde de enero, quede con ella de encontrarnos en nuestra antigua escuela. Quién lo diría, la conocí antes de saber que la conocía. Es curioso voy en autobús a su encuentro. No pensé que lo lograría. Ha pasado tiempo desde la última vez que la vi. Ella es especial, no hay quien diga lo contrario. Me hizo crecer, madurar, llorar, amar, vivir.

Mis pensamientos se ven interrumpidos por un mensaje.

A: ¿Por dónde vienes?

L: Estoy en el autobús, ya pronto llego.

A: Dale, te espero.

Ella mostro el lado más hermoso del amor y a la vez el peor. ¿No han sentido alguna vez que algo parece mal; pero te da la mejor sensación de tu vida? Así me paso con ella. Ella era ese aire fresco, puro, sincero, lleno de amor, sensibilidad y al principio fuerza. El autobús llego a mi destino. Me baje sintiendo mis nervios a flor de piel. ¿Cómo reacciono? Llevo demasiado sin verla. ¿Seguirá igual de hermosa como cuando la conocí? Esa y muchas preguntas rodaban en mi cabeza. No sabía qué hacer que más pensar, que decir. Camine dispuesta a verla y a saber que sentía al volver a verla. Llegue al lugar en donde quedamos y no estaba.

L: ¿Dónde estás?

A: Me metí por una calle y me perdí. Ya estoy cerca.

L: Jajaja boba.

Me senté a esperarla. Curiosamente me encuentro a una amiga. Hablamos un poco de cómo le va en la escuela y sus trabajos como actriz. Me invito para una obra. Curiosamente, pensé en la persona con la que me voy a encontrar, para ir. Mientras hablo con mi amiga aparece Ella. Tenía el cabello recortado. Tenía un mohawk. Vestía de camisa blanca y pantalón crema. Su tenis blanco. Se veía masculina pero a la vez femenina. No se era un balance perfecto. La vi la salude a lo lejos y continué hablando con mi amiga. Cuando termine de hablar con mi amiga. Me dirigí hacia ella y empezamos a caminar cerca de nuestra antigua escuela hay plazas y monumentos, así que nos fuimos a curiosear. Mientras caminábamos observe que había unos bancos colocados cerca de la playa. El sol estaba en todo su apogeo y brillaba con suma intensidad la brisa era fresca. Se veían a niños mojados, porque cerca de donde nos encontrábamos había chorritos de agua. Ella me mira sonriente.

A: ¿Yo te salude cuando te vi? ¿No recuerdo haberte abrazado?

L: No pero...

No me dio tiempo a reaccionar cuando ya tenía sus brazos alrededor mío. Me abrazaba con fuerzas como cuando somos niños y nos dan un peluche nuevo y lo abrazamos fuerte. Así me abrazó ella, yo estaba sintiendo cosas indescriptibles en ese abrazo. De igual manera correspondí a ese brazo. Sintiendo un calor familiar en el pecho. Me beso las mejillas y volvió a abrazarme como aquel que se reencuentra con un amigo de años. Luego de unos segundos nos separamos y nos vimos a los ojos. No sabía qué decir, opte por sentarme y observar la playa. Empezamos a hablar de nuestras vidas actualmente, la familia, los amigos, las cosas que han pasado y hasta chisteamos. A pesar de que no todo funciono con nosotras sabíamos suficiente una de la otra. Fuimos por un largo paseo y encontramos unos artesanos que vendían placas de metal en forma de corazón. Había un Ying-Yang, corazones, placas para perros entre otras cosas. Ambas vimos el Ying- Yang y nos miramos a los ojos. Sabíamos que era hermoso y que quizás podíamos compartirlo. Decidimos que volveríamos y quizás los compraríamos. Todo era muy lindo. Hasta que al parecer sentimos que volvimos al pasado. Me miro le sonreí y me agarro los cachetes. Le saque la lengua, me dio unos puños leves en el brazo, caminamos y hablamos hasta el atardecer. Comimos y compramos dulces. Note que sus instintos sobre-protectores conmigo seguían. Recordamos nuestra fallida relación y reímos al saber que fuimos bastante felices pero muy inmaduras para entenderlo. Por momento teníamos gestos típicos de andar juntas. Me agarraba el cachete, yo le jalaba el pelo, le decía cariño y ella me decía amor. Nos reíamos de solo mirarnos. A pesar de todo sabemos que aun sentimos algo. Todavía persiste en nosotras esa conexión extraña que nos hizo amigas desde un principio y luego novias. Al anochecer ella se tenía que ir, admito que nos reímos bastantes. Recordando, hablando, peleando. Nos sentamos a esperar su transporte mientras discutíamos sobre unos poemas que le había escrito, los cuales ella dice que guarda como un tesoro. Le llevo un año, sin embargo ella es más alta que yo. Empezamos a recordar las pocas veces que salimos juntas ya que mi familia se oponía a nuestra relación. Al igual que nuestros amigos. Sin querer volvimos al pasado. Volvimos a aquellos momentos en que nos sentábamos una encima de la otra, o muy cerca. Ella tiene ese instinto de estarme tocando. Fueron pocos los minutos que estuvo sin tocarme. Tenemos tanto magnetismo que nuestras manos rozaban y teníamos un momentáneo contacto visual. Yo sabía que estaba mal. Salir con ella era un error. Posee todos los encantos que me gustan de una mujer. Así que no me sorprendería volverme a enamorar... A pesar de que la quise y no le basto aun la amo a pesar de que ha sido Mi Peor Error...

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