Sin marcha atrás

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Seto despertó de su largo sueño de resaca hasta por la tarde, prendió la luz de su lámpara junto a la cama y bajó los pies de esta, sintiendo que pisaba algo, se agachó y vio el teléfono celular de su empleado, lo reconocía porque él mismo lo compró y le personalizó su carcasa con el logo de la compañía

—¿Qué hace esto aquí? —pensó todo confundido porque no entendía nada— ¿Acaso él estuvo aquí?

Salió corriendo de su pieza y al encontrarse al primer empleado lo cuestionó sobre el asunto, éste le dijo que efectivamente el rubio lo fue a buscar pero que no lo pudo ver porque él no despertaba

—Gracias, ya puedes irte —le dijo al sirviente y caminó hacia su jardín— ¿Qué hacía dentro de mi habitación? Será muy idiota pero no es ladrón, dudo que quisiera robarme algo

Kaiba caminó y caminó por sus terrenos, mirando la naturaleza que le rodeaba, de pronto pensó en Joey y que él lo agarraba con fuerza de los hombros, lo atraía hacia él y le robaba un apasionado beso que el otro no pudo negarse a responder

—Deja de pensar esas tonterías, no eres homosexual —recriminó todo molesto, pero sobre lo demás estaba preocupado porque no podía ocultar lo mucho que le gustaba Joey

Regresó a su habitación y dejó el celular ajeno tirado en la cómoda, luego agarró su propio teléfono y buscó un número en la agenda, le daba lo mismo cual fuera, solo necesitaba desahogarse un poco, la afortunada en contestar fue una chica con la que cenó hace unos meses, de esas que le presentaba Mokuba y con la que se acostó pero nunca volvió a llamar

Sin cuestionarle mucho sobre el motivo de su llamada, la chica aceptó ir a un restaurante con Seto por la noche, él le dio la dirección y le dijo que la esperaba para cenar. Realmente él solo quería sexo, pero no deseaba ser tan cínico y despiadado, por eso la invitó a cenar

—Eso es lo que necesito, una mujer con la cual descargar estos deseos sexuales tan tontos por ese... idiota de Joey.

...

Durante toda la tarde Wheeler no pudo dejar de pensar y pensar en su jefe, pero estaba todo molesto porque no le gustaba pensarlo, mucho menos admitir que era muy guapo, atractivo como ninguno y bastante interesante. Seto era un hombre de mundo, estudiado, que había viajado mucho, también era inteligente, cualquiera seguro que se moría de ganas por ser su esposa

—Claro, él es dueño de una corporación enorme y muy rica y poderosa, es obvio que algún día buscará con quien tener descendencia, así que se casará, deja de soñar tonto Joey

Bastante triste y cabizbajo se tapó con las sábanas hasta taparse la cabeza, no podía seguirse ignorando a sí mismo, no podía ocultar más aquello, le gustaba Kaiba y le gustaba mucho, aunque no era gay y nunca antes le gustó un hombre, la verdad es que Seto era todo lo que cualquiera podría soñar, hombre o mujer, él era capaz de llenar todos los requisitos

—Tú lo oíste, siempre anda por ahí acostándose con mujeres y luego las bota como si fueran cualquier cosa, estoy seguro que cuando consiga una esposa será por conveniencia, se buscará a una chica que le dé hijos y sea de buena familia como él, de su posición social —pensó todo melancólico— No eres nada en su vida Joey ¡Nada!

Sintió deseos de llorar y también se sintió muy tonto porque nunca en toda su vida le pasaron cosas como esas, nunca se enamoró en el pasado, siempre vivió para servir y darle una buena vida a su hermana Serenity, para protegerla, pero ahora ella estaba al cuidado de su esposo y él se quedó sin hacer nada de su vida, sin sus amigos, sin lo que más le apasionaba que era el juego de cartas

Por eso cuando Seto llegó a su vida le dio un poco de color y se sintió útil de nuevo, con ganas de superarse, con él aprendió a manejar, a tener un trabajo, él lo incitaba a leer libros, le ayudó a aprender algunos programas de computadora y un montón de cosas más

—Tal vez lo mejor será renunciar, no podré soportar verlo cada día —pensó unas cuantas cosas que aunque no le convencían mucho sabía que era quizás la mejor opción, porque si se llegaba a enamorar realmente de él sabía que era un hombre muerto, la posibilidad de estar con él era nula.

...

Después de la costosa cena, Seto le propuso a la mujer irse a un sitio más privado y ella no se negó en absoluto, así que fueron a un Hotel, apenas si conversaron cerca de cinco minutos y se sirvieron unas copas de vino, Kaiba se acercó a ella y la rodeó entre sus brazos, besándole el cuello, luego sellaron sus labios en un beso

Seto la acarició mientras la llevaba a la cama y le quitaba la ropa, después de deshacerse de la blusa le quitó el sostén y agarró delicadamente sus senos con ambas manos, volviendo a besarla, pero no se comenzaba a excitar ni un poco, aunque él no era muy romántico en el juego previo, al menos no era tan canalla como para solo "hacer su trabajo" y terminar sin esperar que la chica en cuestión lo disfrutara

Pero esta vez no pudo, aunque trató de meterse en el momento, aunque quiso solo pensar en que tendría sexo con una hermosa mujer, en su mente solo había espacio para Joey Wheeler

—¿Qué pasa? —preguntó ella preocupada de no ser lo suficiente para él

—Creo que estoy algo cansado —respondió apenado, que no pudiera conseguir una erección fue muy vergonzoso, como lo sería para cualquier hombre

—No te preocupes, relájate —dijo ella sonriente y lo hizo sentarse en la cama, así la mujer pudo colocarse entre sus piernas y desabrocharle el pantalón

Seto solo vio como ella se esforzaba por excitarlo, usando sus manos y su boca, pero nada funcionó realmente, hasta que él la detuvo

—Basta, levántate —ordenó en un tono educado

La chica obedeció y se puso de pie, yendo rápido hacia su ropa, se vistió lo más deprisa posible, entre molesta y apenada, luego lo miró sorprendida

—La última vez incluso lo hicimos tres veces en una hora —recordó con el tono de reproche, él simplemente apartó la mirada

—Solo vete —pidió sintiéndose incómodo, la chica bufó pero no dijo nada más, por último se puso los zapatos y salió corriendo de ahí

Kaiba se apenó mucho porque nunca en toda su vida le pasó algo como eso, él siempre se jactó de ser viril, pero esta vez le falló a una mujer de forma muy vergonzosa, quería que se lo tragara la tierra

—¡Maldita sea Joey! Sal de mi mente —enojado golpeó la cama, se acomodó la ropa y se tiró ahí, mirando al techo, mientras trataba de acomodar sus ideas.

Hola lectoras hermosas, espero se encuentren bien, dejen sus comentarios, las quiero mucho!

Hasta que me olvidesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora