doce.

143 23 8
                                    

Salí de la casa de los Park con una sonrisa en el rostro, y desde aquel punto; no había dejado de sonreír por todo lo ocurrido.

Había algo que destacaba en ese torbellino de emociones, algo inesperado, sorpresivamente gratificante.

Antes de marcharme, Jinyoung corrió a su habitación dejándome en la entrada de su casa completamente confundida.
Entre gritos me pidió que esperara por el y que no me atreviera a marcharme, siendo que; mis intenciones eran seguirlo más que intentar escapar.
 

Al ver su cuerpo desaparecer por el pasillo, las ansias me atacaron.

 

¿Qué era tan urgente para que decidiera correr así?

Y... ¿Por qué me sentía tan ansiosa cuando no lo veía o lo tenía cerca?

Entre hacer y no hacer. Decidí esperar por el, y tambien; ignoré aquellas preguntas que surgieron en mi. Y no por no saber de que se trataba; sino por todo lo contrario.

Yo sabía que significa aquello que sentía... Pero simplemente no podía permitirlo ser.

Al cabo de unos segundos, Jinyoung regresó. Con la respiración agitada y una sonrisa encantadora en su rostro.

—Creí que te habías marchado—Confesó con fatiga—Pero por suerte no.

Soltó una pequeña risa, y luego de unos segundos, elevó su mano; enseñándome el objeto que traía entre sus dedos. Objeto que pasó desapercibido por completo por haber estado concentrada en otras cosas más... bonitas.

—¿Qué es eso?—Inquirí señalandolo.

Me sonrió con dulzura y un poco de diversión.

—¿No sabes lo que es un cuaderno?—Preguntó con una ceja en alto.

Rodé los ojos, y contuve una sonrisa.

—Sé lo que es un cuaderno—Le respondí, cruzando mis brazos por encima de mi pecho—Pero no sé porqué lo tienes, no estamos en la escuela.

El soltó una pequeña risita y me extendió el cuaderno para que lo tomara. Lo miré un poco extrañada, pero lo acepté sin dudarlo.

—Es un obsequio...—Murmuró, bajando la cabeza un poco avergonzado, intentando torpemente ocultar el sonrojo en sus mejillas—Sé que hay muchas cosas pasando por tu cabeza. Y sé lo complicado que es admitir que tienes problemas... por eso creí que... No lo sé...—Se rasco la cabeza y me miró mientras sonreía—Puedes desahogarte en el... Ellie.

Mi corazón comenzó a latir con violencia dentro de mi pecho. Lo observé por unos cuantos segundos, aún sin creer ese gesto.

—Gracias...—Sonreí enternecida. Quería saltar a sus brazos y abrazarlo hasta dejarlo sin aire, pero hice algo que era más propio de mi—Aunque creo que estoy un poco grande para tener un diario Íntimo.

Jinyoung se rió ante mi broma. Y yo, sólo pude observar su obsequio. No podía verme a mi misma, pero estaba segura que en mi rostro se dibujó una sonrisa boba. Una sonrisa que no se borraría en días.

Después de eso, me marché finalmente.



Habíamos discutido un rato, pues el insistía en que debía acompañarme a casa. Pero yo me negué, alegando que ya había hecho demasiado por mi. Y que posiblemente sus padres ya llegarían a su casa de su viaje.

Logre convencerlo con eso, y luego de despedirnos; llegué a donde estaba.

El buen humor que tenía desapareció ni bien puse un pie en la entrada de mi casa. Podía sentirlo, una gran discusión se aproximaba.

UNPREDICTABLE | Park Jinyoung |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora