Instituto Singapur (Zodiaco)

Prólogo.

6 jóvenes de edades entre 15 y 17 años estaban reunidos en el hogar de Gerard y Paola Ortiz.

Por la mañana habían recibido una carta con el sello de educación.

Querían estar juntos para festejar que no tendrían que separarse o animarse por tener que hacerlo.

No había mucha ciencia ni opciones. Solo habían ocho institutos y ellos solo deberían haber solicitado en dos de ellos. Dado su zona geográfica.

La primera y única opción para ellos era el instituto Marte. Las instalaciones eran las más actualizadas y uno de los más grandes. Siempre habían ganado todos los campeonatos de deportes entre institutos.

La otra opción era el instituto Singapur. Es conocido por el traslado de adolescentes masivo de la ciudad. Muy simple; cuatro de cada cinco jóvenes piden un traslado en menos de un mes. Todos adjuntan lo mismo; es el mismísimo infierno.

Pocas veces competían contra otros colegios, solo dos años lo hicieron y por primera vez hubo heridos leves y no tan leves.

—Estoy muy nerviosa —murmuró Paola.

Era la única chica en la sala y junto a su mejor amigo Leo, los más jóvenes.

—No puedo esperar —susurró Gerard mirando a tras luz el sobre blanco.

—Yo lo abriré primero. —comenzó a romper delicadamente el sobre Ventura.

—A la mierda!—exclamaron Gerard y Sergio sonriendo.

Ventura sacó una hoja de papel que se encontraba en su interior y comenzó a desdoblarla.

Comenzó a leer y en los primeros dos renglones decía con palabras técnicas el porque debían ser transferidos sus datos personales a otra entidad estudiantil.

"Debido a las limitaciones de aforo y a la gran demanda, el instituto Marte rechaza su matriculación en el centro"

"Se pide al alumno Ventura Gálvez que llame a el siguiente número de teléfono para continuar con el procedimiento de traslado".

—No! —exclamó su mejor amigo Adonis. —eso es mala cara.

Unos minutos después se sentaron unos al lado de los otros en silencio. Cada uno pensaba en cómo afrontar la situación.

—No puede ser tan malo — anuncia con positividad Sergio.

—Mi querido amigo tiene razón —apoyó Gerard ofreciéndole una sonrisa. —Estaremos juntos.

—Exacto, ¿De verdad os vais a asustar por unos tontos rumores? . —Ventura, Paola y Leo los miraban desconfiados.

Leo finalmente forzó una sonrisa.

—Son solo rumores. —susurró respirando hondo.

Pero no eran sólo rumores, iban a meterse directos a la jungla.