[𝐁𝐫𝐢𝐠𝐡𝐭𝐞𝐬𝐭 𝐬𝐦𝐢𝐥𝐞]《 Bokuto y tú 》

OO5. 𝐆𝐚𝐭𝐨 𝐍𝐞𝐠𝐫𝐨.

(...)

La alarma de tu teléfono empezó a sonar, indicando que ya era hora de levantarse. Tras 5 alarmas cada 5 minutos sonando todo el rato, te levantaste de una vez rendida. Anoche tuviste un sueño extraño: estabas en una habitación médica y tu médico era un espadachín de un anime que viste hace unos días.

Confusa ante esto, decidiste restarle importancia y agarraste tu ropa ya preparada y te cambiaste ahí mismo. Tras haberte preparado, saliste de tu habitación y miraste la puerta de donde dormía Bokuto con curiosidad. ¿Estaría despierto por culpa de tu teléfono sonando todo el rato o tendría el valor de seguir dormido tras el escándalo?

Tocaste la puerta 3 veces, esperando su respuesta. No querías entrar sin permiso ni nada por el estilo, sin embargo él no respondía. Supusiste que tenía el sueño más pesado que el iceberg que hundió al Titanic y decidiste girar el pomo lentamente susurrando un leve: 'con permiso'.

Asomaste tu cabeza por un lado y dirigiste tu mirada hacia la cama en donde dormía el albino. Su pelo estaba semi-caído por los lados. La manta se encontraba a la altura de su cintura y no llevaba parte superior para cubrir su torso y brazos expuestos a la brisa que corría por la ventana abierta.

Un escalofrío recorrió tu cuerpo, a la misma que un sonrojo al verle dormir tan pacíficamente.

―Bokuto-san... hay que ir al instituto...―te acercaste y te sentaste en el borde de la cama con sumo cuidado, intentando evitar asustarlo.

Tras sacudirle varias veces, empezó a despertarse.... más o menos, se movía dando más vueltas que una croqueta en una sartén dejando que la manta expusiese más de su buen trabajado cuerpo.

Ahora mismo aprovecharías para tomar una foto puesto que sus ojos aún estaban cerrados (por más que estuviese medio despierto en esos momentos) pero fuiste leal a Dios y no lo hiciste.

―Bokuto-sa―fuiste interrumpida al ver como agarraba tu brazo y se sobaba a éste como si fuese un peluche.

―Hmhgmhn...―gruñó dándose la vuelta―es muy temprano...―dejó escapar.

―Pero tenemos responsabilidades... y tú entrenamiento y examen de inglés.

Sus ojos se abrieron de golpe y su pelo se erizó en punta. Su cara palideció.

―Me había......... olvidado....... de eso........―admitió para levantarse de un brinco y recuperar su ánimo de siempre―¡HEEY HEEY HEEEEY! ¡Hoy es un buen día para SUSPENDER!―exclamó, tuviste que regañarle puesto que eran como las 7 de la mañana y tenían vecinos.

Te diste cuenta de que se levantó de la cama con solo los pantalones de su pijama puesto y te fuiste moviéndote como si fueses un robot ridículamente hacia la cocina. Podría haber sido peor.

Al cabo del rato de desayunar, empezaron a caminar unas cuadras para llegar a la parada del bús. Iban mirando a su alrededor como las personas iban de un lado a otro y de como algunos estudiantes también iban allí.