II

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La luz del sol penetró en sus ojos esmeraldas y el se levantó.

Su cabello era un desastre y las bolsas negras debajo de sus ojos comenzaban a notarse ligeramente. No había dormido bien por tres noches seguidas y había comenzado a llevar la cuenta en la tercera noche.

Tanteo a su lado con su brazo para abrazar el cálido cuerpo de su novia pero sin embargo, la reemplazo una huella de su cuerpo dormido en las suaves sábanas. La menor solía trabajar por las mañanas así que su preocupación fue nula.

ㅡ ¿No has venido con tu preciosa novia, Harry? ㅡ preguntó una voz rasposa, proveniente del hombre que preparaba cafés en el lugar donde solía ir todas las mañanas para despejarse de sus propios pensamientos.

ㅡ No, hoy no tendrás la suerte de mirarla.

Y ambos rieron a pesar del contexto.

Pero esta vez entre sus dedos tenía un café para llevar y con una tapa para no distraerse con las burbujas o formas en la nube de espuma. Salió a caminar.

Su mirada se paseaba por las tiendas para nada interesantes para él, buscando algo que capte su atención para poder hacer de la caminata un poco más entretenida. Las caminatas con Ginny eran más entretenidas por el simple hecho de que ella lo llevaba a los lugares que a ella le gustaban. No era entretenido, era digno de alguien que no tenía ni idea de que hacer.

Las tiendas de aquella avenida eran todas iguales mayormente, vendían ropa cara y cosas caras. La avenida donde los pobres no tienen permitido pisar, diría el.

Una cabellera platinada se asomó a su rango de visión. Y su corazón se contuvo por unos largos segundos, sintiendo como si su sangre dejara de recorrer por sus venas y su respiración se hubiese escapado de sus pulmones para mudarse a algún lado donde no sean los pulmones de Harry.

ㅡ El sorprendente Harry Potter.

Y habló. Hablo cuando él lo iba a evitar.

ㅡ ¿Malfoy? Oh, hola.. ㅡ fingió desinterés en habérselo encontrado en una de las avenidas más caras del país.

ㅡ Creo que no debes estar aquí.

ㅡ ¿Y tú qué mierda sabes donde tengo que estar y no?

Y el rubio río. Jodida mierda.

ㅡ Es... sorprendente volver a encontrarte luego de tantos años.

ㅡ ¿Me extrañaste? ㅡ su seguridad fue tanta que robo la arrogancia del rubio en cuestión de segundos.

Y cuando los labios del más alto se iban a abrir para formular algunas palabras, una mujer salió de la tienda en donde el estaba esperando. Una mujer de cabello largo y negro, con una esencia intimidante, una mirada vengativa y una sonrisa hipócrita en sus labios rojos que contrastaban de forma perfecta con el tono pálido de su piel.

Pensó que los iba a presentar.

Pero ambos unieron sus labios en un beso fugaz y unieron sus manos para poder irse de aquel lugar.

Draco no miro hacia atrás, mientras que Harry miraba como se perdía entre las calles y por alguna razón, su día fue una mierda, pero estaba realmente seguro de que fue por haberse encontrado con él.

"No me gusta el café, Potter."Donde viven las historias. Descúbrelo ahora