—Alguien dijo...Fue lo primero y lo último que Sanha pudo escuchar pronunciar a Bomin, en medio de la trifulca diaria que representaba la cafetería escolar.
Tenían las charolas frente a ellos, pero ninguno de los dos había tocado ni un solo trozo de la comida.Era lunes por la mañana y tal como los profesores decían, era el día más pesado y ruidoso de la semana, puesto que los centenares de alumnos aprovechaban las horas libres, el almuerzo y también el horario de clases activo, para conversar sobre la fiesta del sábado o en su defecto, narrar sus dos días libres en medio de tareas o disfrutando su tiempo como mejor les iba.
Al muchacho ya le dolía la cabeza.
No había desayunado esa mañana y su madre lo había olvidado en casa al tener tanta prisa por llegar temprano al trabajo, dejándolo sin muchas más opciones que tomar el autobús si quería algo tan simple como asistir al instituto.Con ese pequeño inconveniente se había hecho acreedor de un reporte fichado en su expediente. Una falta al reglamento de puntualidad que recitaba nada de retrasos después de las 8:00 am. Habían sido tan sólo dos minutos para arruinar su historial perfecto.
Bien pudo haber saltado la barda del patio trasero y nadie se hubiera dado cuenta, pero su propio sentido de lo correcto se lo había impedido y ahora tenía que sufrir la consecuencias.Sin dudas estaba siendo el peor día de su vida, después de ese fatídico día de abril, cundo la encantadora luna perdió su brillo y el viento sólo soplaba para su corazón roto.
—¿Qué? —su vista se encontró perdida en medio de un montón de uniformes moviéndose a través de la fila del almuerzo. Eran apenas manchones perdiéndose en el espacio.
Bomin apartó delicadamente los ojos de encima suyo, mirando de reojo su tazón de arroz enfriándose. Se notaba lo mucho que le costaba tener que repetir esas palabras.—La fiesta de Mingyu fue este sábado. —el silencio volvió a reinar en ese pequeño espacio entre su amigo y él. —Eunwoo estuvo ahí.
Ajá, pronunció en un absurdo e inútil intento por lucir despreocupado, metiéndose un bocado de arroz a la boca, que simplemente le sabía a cartón. Y es que no importaba cuánto se esforzaba por lucir tranquilo, se estaba muriendo de los nervios y su amigo no ayudaba mucho provocando esas pausas en su conversación.
—Es lógico, es uno de sus mejores amigos. —fabricó un burdo encogimiento de hombros.
Bomin dejó escapar un terrible suspiro que sólo avecinaba que lo peor apenas estaba por venir. ¿Cuántas veces tenía que seguir escuchando que su ex novio había asistido a una fiesta, había bebido hasta perder la conciencia para después irse con el primer chico que le pasara en frente? Estaba cansado.Al principio había sido todo un descubrimiento en sus emociones. Le dolía tanto que creyó que se pondría a llorar en frente de Hyunjin, de la clase de inglés, quién con muchísima vergüenza se había acercado a contarle lo que su novio había hecho, tratando de evitar que le sigan viendo la cara.
Pero Eunwoo no era más su problema. La noche anterior lo habían dado todo por terminado, con una pelea que sonaba tanto a la destrucción del mundo en el pórtico del menor.
Qué ya no fuera su novio, no significaba que no le doliera que le hubieran bastando tan solo veinticuatro horas olvidar todo aquello a lo que una vez llamaron amor.
Sin embargo, las siguientes semanas se trataron de lo mismo; tristeza, llanto y soledad, hasta que un buen día, sin darse cuenta siquiera, su corazón dejó de doler y su mente de crear escenarios en los que el mayor volvía a la puerta de su casa con un ramo de rosas pidiéndole perdón por ser un idiota. Prometiéndole que cambiaría.Pero no lo hizo y ahora estaba ahí, intentando que su mejor amigo dejara de sentir lástima por él y que le dijera de una vez por todas que había hecho Cha Eunwoo esta vez que era tan difícil para él decirlo en voz alta.
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ஐ 𝐌𝐀𝐍𝐈𝐀𝐂 |EUNSAN
General Fiction『Tell all of your friends that I'm crazy and drive you mad That I'm such a stalker, a watcher, a psychopath』 Yoon Sanha y Cha Eunwoo fueron novios por seis meses, ahora ambos dicen haberse superado. Sin embargo, uno de ellos aún recibe llamadas del...