Happier | OS ||BakuTodo||

Único;

La lluvia nunca le trajo nostalgia, al contrario, le agradaba, pero aquel recuerdo amargo de los días en donde salía con la persona que más amaba en el mundo, aquella persona que vio en él algo que otras personas no. Decir que será fácil superarlo es toda una mentira, por primera vez en su vida mandó a la mierda su orgullo y se dedicó a llorar, a desahogarse en frente de sus amigos y familia, lloró como el infierno, todos podían ver que era él el más afectados con esa perdida, aquel llanto quebrado que nunca nadie había presenciado, ni siquiera su propia madre lo había escuchado así.

Bakugou Katsuki, era el nombre de aquel que se encontraba arrodillado frente a esa lápida de color negra con el nombre de aquella persona que le juró estar con él para siempre -puras patrañas ya que ahora se encontraba muerto-, no podía describir aquel dolor, aquella sensación de tener una presión en el pecho que casi no te deja respirar bien.

Katsuki no saldría de esta muy fácil, y eso lo sabían bien sus familiares, es que ¿cómo dejás de pensar de la noche a la mañana en la persona que más amas?

Ni que hablar cuando tuvieron que enterrar el ataúd, el cenizo no dejaba de gritar que era una broma, una estúpida y horrenda broma, que él no se creía el hecho de que aquel bicolor se había ido de este mundo, tanto era su desespero que tuvieron que agarrarlo para que no interrumpiera la ceremonia, pero Katsuki no era el único destrozado, sus hermanos, aquellos que lo vieron crecer, ellos que estuvieron para él en todo momento, incluso apoyando la relación que este tenía con el rubio, no lo juzgaron, no lo menospreciaron.

Pero había cierto azabache que estaba que irradiaba ira -aparte de la del rubio- sabía que esto tenía algo que ver con el idiota que tienen como padre, él nunca se creyó ese cuento de "quiero ser un mejor padre", y ahí están las consecuencias de sus actos, su hermano estaba muerto, y si él seguía ahí sabía que -aquel que se hace llamar Héroe- terminaría igual, pero esta vez más de cien metros bajo tierra.

Pero que se le puede hacer, la vida continua, o eso dijo Endeavor, ciertamente le dolía muy en el fondo ya que ese mocoso era quien lo superaría, pero valla decepción se llevó desde que se enteró que era un maricón, sabía que no acabaría bien, y tuvo toda la razón.

No se podía decir que la madre de aquel bicolor -que en paz descanse- estaba mejor, perder a un hijo no es fácil, y menos cuando lo viste sufrir y salir adelante a pesar de todo, ella se lamentaba por no haber sido lo suficientemente fuerte para proteger a su niño, de no ser porque ella acabó en aquel hospital psiquiátrico, en el cual seguía en terapias y solo la dejaron salir para el velorio -algo muy estúpido porque eso no ayudaría a su recuperación-, Rei quería ver a su hijo una última vez.

-¡ESTO FUE TU MALDITA CULPA! -señaló cierto azabache a Endeavor- ¡DE NO SER POR TI MI HERMANO SEGUIRÍA CON NOSOTROS!

-Touya cálmate, esto no es su culpa, estás muy desesperado trata de-

-No Fuyumi, ese desgraciado hizo que mi hermano se suicidara, no me creo el cuento de que seguro fue un accidente. Todos aquí sabemos la verdad y el pasado de Shouto, aparte, quien lo vio por última vez, y no de la mejor manera, fue Bakugou- apuntó al cenizo que no paraba de llorar pero a diferencia de antes, ahora lloraba en silencio, en el suelo, poco le importó que sus pantalones se ensuciaran.

-Kacchan te encuentras bi- fue interrumpido por el cenizo que sabía que les debía decir detalladamente lo que vio con sus ojos.

Ciertamente el rubio no hubiera querido ver aquella imagen que ahora lo acompañará siempre. Aquella imagen de su lindo chico bicolor -que se encontraba sonriendo- colgando del techo, su cuello atado a una soga y el cuerpo de su amado sin vida, ciertamente cuando lo vio quería hacer lo mismo, pero de no ser por sus gritos desesperados a que Shouto despertara -cosa que no sucedió- sus amigos, más conocidos como el Bakusquad, no ubieran ingresado a aquella habitación encontrando a Bakugo en el suelo llorando y rogando a que Todoroki despertara.