《The king's gem》kookmin

04. Carbón.

/Narrador/

El ambiente en el castillo era por lo general animado, siempre se podían escuchar pisadas, charlas y risas mientras que avanzabas por el recinto. Jungkook ocasionalmente observaba el jardín en busca de algo que le llamase la atención, o algo por lo cual valiera la pena investigar, curiosidades que sus hermanos descubrieron o sitios misteriosos que requirieran prestar más atención de lo necesario.

Como ahora, su mente se centraba en las posibilidades de que aquel reino lejano existiera, sobre todo al enterarse de que parte de su ascendencia provenía de aquel rincón del mundo, era algo que estaba impreso en su mente. Tanto así era su interés que llevaba ya casi una hora en busca de los dichosos libros que la mujer le había indicado.

-¿Cree que podamos dar con esos escritos pronto? -Preguntó el castaño mientras observaba una estantería con centenares de ejemplares. Se trataba de uno de los tantos libreros que estaban en un salón especial. Era alto grande y lucía muy pesado y difícil de mover.

-Puede que nos tome un poco, han estado almacenados en este lugar por un largo tiempo -Respondió la mujer que hace unos minutos seguía extrayendo libros y libretas -Solo los reyes tienen permitido ingresar aquí, es un mandato que se ha transmitido de generación en generación.

Jungkook un tanto apenado recordó su lugar en el mundo y asintió. El ser el próximo rey le estaba dando una extraña ventaja de la cual no estaba disfrutando demasiado. ¿Hace cuanto llamaban rey a otro hombre que no fuera su padre? A veces se extrañaba con aquel título junto a su nombre. Parecía no sentarle del todo.

Sentía que no podía encajar.

-Jamás creí estar interesado en estos temas, pero nunca es tarde para aprender algo nuevo -Comentó mientras tomaba y ojeaba un libro de cobertura rojiza. No era demasiado pesado por lo que con cuidado se lo enseñó a la cuidadora.

La mujer sonrió al ver lo que tenía el joven príncipe en sus manos -Veo que ha encontrado uno, el resto son muy similares a ese que sostiene.

Jeon prestó atención a lo que yacía escrito en el papel, en efecto, era una especie de diario con registros en él. Buscó por un nombre en la primera página, pero solo se encontró con un cariñoso saludo, uno de aquellos que ciertamente solo su abuela le hubiera dedicado. Con un poco de pesar en sus ojos y corazón, observó el librero y fue tomando algunos de los libros que tenían la cubierta semejante a la primera. Al parecer aquel librero tenía variados ejemplares escritos por sus ancestros... Lo que le resultó sumamente curioso.

¿Por qué él desconocía de su existencia hasta ahora?

-Son varios de ellos, la reina escribió muchos, pero de los que usted busca puede que se encuentre en los que ella dejó en especial para usted. Ella dijo que se trataba de una especie de guía, que sería de ayuda para algunos de ustedes en el futuro, puede tomar los de cubierta roja.