ii. for the better

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ii

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ii.
para mejor








Los días siguientes fueron volver a lo del principio. Vega pronto perdió de nuevo el deseo de bajar con los demás. Le dolía, pero no podía evitarlo. No quería bajar y sentir que se asfixiaba. No quería que todos le vieran así.

—¿Quieres venir a comer?

A Vega le rompió el corazón mirar a Jessica y negar con la cabeza, porque vio al momento la sonrisa de su amiga desvanecerse y la esperanza en sus ojos apagarse. Y lo odió, pero no podía decir que sí. No podía.

—¿Puedes decir que me suban la comida? —pidió, con un hilo de voz.

Jessica se limitó a asentir. Llevaba toda la mañana con ella, las dos solas. Habían charlado de los mismos temas que siempre comentaban. Habían compartido cerveza de mantequilla y Vega había dejado que Jessica le trenzara el pelo. No podía culpar a Jess por haber esperado que bajara, pero Vega se había esforzado mucho por actuar como antes con ella. Estaba cansada.

—Lo siento —se sintió obligada a decir.

—No, no —se apresuró a decir Jessica—. No es... No te preocupes, Vee. No pasa nada.

Jessica se marchó unos minutos después, asegurándole una vez más que no había nada por lo que pedir perdón. Eso no evitaba que Vega se sintiera culpable y, a la vez, se dijera que no podía hacer otra cosa.

Alguien llamó a su puerta al rato y Vega respondió con un «adelante». Pensó que vería entrar a su padre. Se llevó una buena sorpresa al descubrir a Fred en la entrada.

—Hola —saludó él, con su sonrisa habitual, como si aquello pasara todos los días—. Te traigo la comida. ¿Puedo pasar?

—Claro —se limitó a decir Vega.

No le quitó la vista de encima mientras entraba tranquilamente y dejaba la bandeja con los dos platos de comida sobre la mesita de noche.

—¿Te importa? —preguntó, haciendo un gesto hacia la cama. Vega negó y le hizo espacio—. Genial. Te prometo que intentaré no manchar nada.

Sacó la varita y la bandeja flotó hasta colocarse frente a ellos. Vega contempló los dos platos de albóndigas con puré de patata.

—¿Tienes hambre? —Fred tomó un cuchillo y tenedor—. Porque yo muchísima. Creo que hoy ha cocinado tía Aria y no mi madre.

—¿Por qué has venido tú, Fred? —preguntó ella con suavidad.

—Me he ofrecido —admitió él—. No sé, por cambiar un poco. A no ser que no quieras que yo esté aquí —se apresuró a decir—. Si prefieres que le diga a Jason...

—No, no —dijo rápidamente Vega—. Solo preguntaba. No me importa que seas tú.

—Normalmente me ofendería que alguien dijera «no me importa que seas tú» en vez de «es el día más feliz de mi vida porque eres tú, maravilloso Fred», pero supongo que lo dejaré pasar por esta vez.

RED DESERT ━━ fred weasleyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora