💕Un romance no apto 💕

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Parte 2

Esta historia fue hecha en colaboración con mi querida editora y mi gran amiga  espero y les guste delen mucho mucho amor

*Ring*

Rose: ¿Bueno? ―contestó el teléfono mientras caminaba―. ¡Ah! ¡Hola, mamá! ―Sonrió―. ¿Cómo estás? ¿Qué tal todo por allá?

Su madre hablaba, hasta que dejó de oírla. Alzó la mirada a sus alrededores, encontrando por casualidad a Lisa bastante cerca de ____, ambas riendo y dándose uno que otro roce amistoso. Aquella sonrisa murió. Rose detuvo a sus piernas en cuanto miles de pensamientos pasaron por su mente.

«―¿Cómo interpreto aquéllo? ¿Sólo son amigas? ¿Por qué actúa tan íntima con ella y no conmigo?Puede tomar su mano pero no la mía...―» Pensó.

(...): ¿Hola? ¿Querida?

Rose: Pe-perdón, mamá... ―Aclaró un gayo―. Me están llamando. Luego hablamos.

Colgó. Las manos le temblaban.

El fijo pensamiento en que Lisa sólo estaba jugando a las amantes y que no sentía lo mismo que Rose, empezaba a frustrarla, llenándola de inseguridad y ansiedad. Lisa jamás aseguró sentir algo por ella. Ni siquiera eran amigas con beneficios, pues no había interacción física. Se sentía como el pañuelo descartable en el bolso de Lisa.

Sin darse cuenta su cara estaba empapada en lágrimas, viendo cómo su amada reía desde lejos.

Lisa miró a su alrededor y reconoció a la chica delgada de pelo rubio, quien la observaba con la carita empapada en lágrimas. No comprendió qué estaba sucediendo, ni por qué estaba llorando y viéndola fijamente. ¿Acaso era su culpa?

Disimuló la incomodidad e inventó un pretexto para ____.

Lisa: ¿Sabes algo? Se me había pasado que tengo una reunión importante... Debo irme. ―Sonrió.

―Oh, sí. No te preocupes. ―Le devolvió la sonrisa.

Lisa se alejaba de ___, y Rose se alejaba de Lisa. Ésta trataba de alcanzarla, pero su objetivo empezó a correr y esquivar gente.

Rose se sentía desbaratada. Ni siquiera quería ver a Lisa, mucho menos oírla llamándola tonta al verla llorarando por estupideces; estaba segura de que le diría aquéllo.

No quería verla..., al menos por lo que quedaba del día.

Rose al ver que había un autobús parado decidió tomarlo. Se sentó en el último asiento y se tragó los mocos hasta llegar a su casa. Una casa que utilizaba cuando deseaba estar sola o cuando consiguiera pareja. Planeaba llevar a Lisa allí algún día con el fin de pasar una velada romántica. Pues al chile, ahora ni modo.

Al llegar y cerrar la puerta, deslizó su espalda lentamente contra ésta hasta tocar el suelo con sus piernas. Algo explotó en su pecho y recorrió su garganta, apretándola hasta estrangularla. Cada lágrima ardía como su corazón.

Entonces un golpe proveniente de afuera la sacó de su sufrimiento. Se arrastró hasta la ventana más cercana. Acomodó su borrosa vista y notó a una delgada mujer golpeándole la puerta. Era Lalisa...

Lisa: ¡Park, sé que estás ahí! ¡Abre la puerta! ―Siguió golpeando, pero se detuvo―. Park, supongo que tu tonta cabecita está imaginando cosas que no son. ¡Así que por favor abre la maldita puerta para hablar de esto!

Guiada por la importancia se puso de pie y abrió la puerta. Lisa se cruzó de brazos, pero al instante puso las manos tras de su espalda. Estaba inquieta y no sabía qué postura tomar.

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