Capítulo 13 | Declaraciones 7/7

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—Lamento mucho la forma en la que me comporté de verdad, lamento mucho el haberme ido sin explicarte nada -hablo Edgar-

—Descuida lo entiendo estabas enojado, Valentino no tenía porque hablarte así y allá sido como allá sido no tenía ningún derecho -mencione calmada-

—Respecto a lo que dijo Valentino quiero decirte o más bien hablar sobre eso, solo que en un lugar más privado -comentó nervioso-

—Claro, solo deja avisarle a Donato y sus tíos antes de todo -mencione sonriendo-

Salimos de la casa rumbo a un parque, al llegar ahí tomamos asiento en una banca mentiría si dijera que estoy nerviosa la verdad es que si lo estoy, más ahora que Edgar no ha dicho ni una sola palabras, suspiré mientras abría la boca para hablar pero me interrumpió.

—Hace poco te conté sobre una chica que me gusta ¿lo recuerdas? -asentí- Bueno pues la razón por la cual no te dije su nombre fue porque.... Porque... E-esa chi-chica... -se queda callado-

—Edgar me estás asustando dime de una vez quien es esa chica, sabes que puedes confiar en mi -hable mirándolo-

—Lo siento enserio solo es que... Ahg esto es tan difícil, mira es que la chica que me gusta eres... Es Miranda la mejor amiga de Paola mi ex -dijo nervioso-

—Oh... Eh bueno yo no soy quien para juzgar ni mucho menos pero, me estás diciendo la verdad o solo estás jugando -mencione mirándolo seriamente-

Edgar no dijo nada solo se mantuvo callado, al parecer lo que me estaba diciendo no era verdad era solo un juego, suspiré llamando su atención me levante de la banca y empecé a caminar, aunque muy en el fondo algo me decía que Edgar era muy diferente a todos los hombres que yo había conocido. Una pequeña vocesita en mi cabeza me decía que él era igual que los demás. Estaba por llegar a una cafetería cuando una mano me detuvo al voltear me di cuenta que era Edgar el cual no me dio tiempo de hablar solo me jalo y me beso.

El beso era tierno, se sentía diferente aunque por dentro estaba deseando que fuera Donato la realidad era otra, al separarnos me pude dar cuenta que Edgar está más rojo que un tomate, sonreí enternecida con la imagen que estaba frente a mis ojos cuando escuche una voz muy familiar detrás de nosotros.

—¿Enserio Aylin? No llevas ni dos semanas aquí y ya resulta que tienes novio -hablo Atenea a mis espaldas-

—Atenea!!! Por dios ¿que haces aquí? Se suponía que estabas en Mexico -corro abrazarla- Dios mío, ¿que te paso estás con golpes? -dije preocupada-

—Nada malo eso te lo aseguro solo tuve una pequeña riña con Samantha ya sabes lo mismo de siempre -comentó sonriendo-

—Vaya amiga parece como si te hubiera arrollado un camión, pero por lo qué me contó Aylin sabes pelear -mencionó Edgar acercándose-

—Si así es se pelear, y créeme no me daría miedo enfrentarme en contra de un hombre -dijo desafiando a Edgar-

—Bueno, bueno basta. Atenea acabas de llegar, estás más que lastimada y de seguro quieres ver a Donato, porque no mejor nos vamos -mira a Edgar- Nos vemos mañana

Al llegar a casa, Atenea fue recibida por un Donato muy sorprendido el cual no dudó en correr abrazarla a lo cual Atenea soltó un pequeño gemido de dolor del cual Donato se percató y se alejó al instante.

Después de varios minutos en los cuales curaba y ponía al tanto a Atenea veía como mantenía la mirada fija en un lado de la habitación sin siquiera dirigir la palabra lo cual era muy raro en ella.

𝑮𝒂𝒎𝒆 𝑶𝒗𝒆𝒓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora