EPILOGO🎀

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Sonreí al escribir la última palabra de aquella, extensa, historia. Cansado me dejo caer sobre el respaldo de la silla.

Me saque los lentes de reposo para frotarme los ojos, me dolían y como no si estuve 10 horas frente al monitor intentando de una vez por todas terminar mi propia historia.

Estoy orgulloso de poder hacerlo, tan satisfecho que con aquello que salió de mi corazón y cabeza. Era para mi.

"Kookie, a comer" la voz de Tae suena en el pasillo borrando mis pensamientos. Estiro mis brazos hacia atrás para sonar mi espalda, cosa que no pasa y me frustro en el momento.

"Ya voy" grito fuerte para que escuche. Es capaz de venir a golpear la puerta hasta que salga y es molesto.

Levanto mi trasero de la silla y salgo del cuarto hacia la cocina donde ya me esperan mis papás, Tae y la pequeña Isabel de 5 años. La pequeña Isa se volvió parte de nuestra pequeña familia hace 3 años atrás.

Tanto Jimin como Yoongi tuvieron que luchar para que la niña estuviera hoy con nosotros. Pero gracias a dios lograron que hoy este viva y sana.

Me senté entre medio de ellos, no sin antes besar la cabecita de Isa quien me regalo una enorme sonrisa con dientes de leche.  Frente nuestro se encontraba Papá y Papi, quienes se miraban intensamente; babosos.

"Tae, ¿Se han dado cuenta de que ya estamos todos?" susurro cerca de él, muestra su sonrisa cuadrada para luego largar su peculiar risa que asusta a la pareja.

"Obvio que no hermanito, no vez que se han estado comiendo con la mirada" soltó lengua larga ganándose un golpe en la nuca de papá Jimin, a pesar de estar sonrojado lo mira mal y señala a Isa. "Perdón papi, se escapo" sonrió angelical.

Papá se rio negando por la clara mentira del hijo mayor "bien a comer familia, ya basta de chistes malos" termino por decir antes de que su pequeña pareja se enojara más.

Y así empezó nuestra cena. Paso entre chistes, charlas sobre el secundario; jardín en caso de Isa, y el trabajo de nuestros padres.

Una vez terminamos de comer, junto a Tae lavamos los platos sucios como todas las noches. Nuestros padres fueron a acostar a Isa e ir a su cuarto a dormir, debían madrugar para hacer el desayuno para sus pequeños niños.

"¿Cómo te va con la escritura hermanito?" pregunta casual mientras seca con un trapo los cubiertos que fui dejándole a un lado, arriba de un repasador amarillo.

"Termine de escribir algo con todo lo que nos han contado nuestros padres estos años de cuando fuimos chicos. Por suerte tenía varias cosas anotadas" sonreí "Aunque no espero que nadie lo lea en realidad, es más bien para mi propio gusto. Estoy satisfecho con sacar las cosas de mi mente" me presta total atención.

"Entiendo, pero si llegas a alguien espero les guste" le di la razón.

Una vez terminamos, apagamos todo y cada quien fue a su cuarto luego de despedirnos.

Esa noche logre dormir enseguida gracias al agotamiento mental. 

Abro los ojos sin tener conciencia de quien soy o donde estoy

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Abro los ojos sin tener conciencia de quien soy o donde estoy. Refriego estos para despertarme de una vez, me doy golpecitos en la cara mientras me enderezó en la cama. Cuando logro caer en cuenta de la realidad corro al baño con la vejiga a reventar.

Una vez bañado y totalmente vestido me apresuro a mi computadora, abro mi borrador y un tanto inseguro le doy al botón de publicar. Me dejo llevar.

Aparto la mirada del monitor. Y se posa directamente a aquel árbol de cerezo que, junto a Tae, ayudamos a papá plantar. Hay un historia corta detrás del cómo llego ese gran árbol a estar en nuestro patio. Quizás algún día les cuente.

"Kook ¿estás despierto?" la voz suave de papi me saca de mis pensamientos "perdona que entre hijo, pero no respondiste a mis llamados" sonríe formados medialunas en sus ojitos, recuerdo que de chico siempre me encanto y hasta ahora me sigue gustando tanto la sonrisas de mi papi.

"No pasa nada pa ¿Qué pasa?" me levante para acercarme a él y abrazarlo, nada como estar en sus brazos. Enseguida me abrazo fuerte escondiendo su cabeza en mi pecho, ya que era a donde llegaba.

"¿Vamos a comer Kookie?" me alejo para mirarme a la cara y me extendió la mano, sonreí en grande y la tome siento esa calidez en mi pecho como cuando pequeño. Juntos cerrarnos la puerta y recorrimos el pasillo hacia el lugar donde ya nos esperaban.

¡Ah las Sakuras están floreciendo!

El Recuerdo De KookieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora