Jamás te enamores de un elotero

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Con el sol destellando en su máximo esplendor, y el cacareo de las gallinas ruidosas del vecino, decide levantarse de la cama. Éste era su día suerte, pues Harry por fin había conseguido su primer trabajo de mecánico en el taller "Juan Fierro Grande", el primer paso para dejar la pobreza y por fin abrir una cremería... El sueño de su vida.

Con babas en la gta y detectando un nauseabundo hedor a calcetín, decide ponerse en marcha y alistarse para ir al trabajo.

-Maldito gobierno... de no ser por él no tendría deudas- pensó.

Mira su reloj.

-En la madre, voy casi 1 hora tarde -dijo antes de darse un madrazo en el dedo chiquito con el pie de la cama.

Después de gritar como Zayn en You and &, tomó la ropa que no apestaba tanto a axila y se dirigió al baño.

-No maames wey, no hay agua otra vez -se huele la axila- ni pedo, aguanto otra semana.

Después de pasarse un limón por las axilas, cambiarse la ropa y confirmar que no hay nada en el refrigerador, sale de su cuartito de vecindad, esperando que su jefe no sea de esos exagerados explosivos que te despidirían por llegar un poco tarde a tu primer día de trabajo. Justo iba pasando por el tianguis más popular del barrio cuando un olor exquisito invade su tracto respirato. Quiso ignorarlo, pero sus tripas ruidosas y el hambre que tenía lo invadieron y decidió echar un vistazo a aquello que tanto le llamaba la atención.

Mientras más se acercaba más sentía la presencia de ese riquísimo aroma a elote. En cuanto estuvo frente al puesto vió un cartel con los precios:

Esquites: $15
Elote en vaso chiquito: $10
Elote en vaso mediano: $20
Elote en vaso grande: $30
Elote en vaso enorme: $45
Elote entero: $60

-No te pases de lanza, ni para un elote en vaso chiquito me alcanza -dijo rebuscando sus bolsillos una y otra vez, encontrándose solamente con 50 centavos y lo que parecía ser un cheeto rancio... que por supuesto se comió. Luego de un rato de filosofar acerca del dilema de tener hambre pero no dinero, se le ocurrió una gran idea.

-Hora de usar mis excelentes dotes de actuación- murmura para sí mismo.

-¡Oh, pero qué hambre tengo! -exclamó llamando "despistadamente" la atención de los presentes- Creo que voy a comprarme un elo... -dice antes de caer dramáticamente encima de una mesa en donde estaban comiendo un rubio teñido con su novia.

-¡¿Qué rayos haces, naco?! ¡Mi elotee! -protesta el mirrey viendo al suelo, donde ahora estaba Harry sobre su comida.

-Calmate Nayal Hortega -dice un poco avergonzada la chica que lo acompañaba.

-Ni madres Claudia, este 'naco' se tiró encima de mi elotito -hace énfasis en naco. Todos se quedan en silencio observando la dramática escena cuando alguien los interrumpe.

-No se preocupe jóven, ya le traigo otro elote en vaso, corre por mi cuenta -Harry siente un escalofrío, esa es la voz más hermosa que ha escuchado en toda su miserable existencia.

-¿Te ayudo a levantarte? -el elotero le tiende la mano y Harry la acepta, cuando están de pie, frente a frente, vuelve a sentir su piel erizarse.

-Gracias por tirar paro werito ¿cuál es tu nombre?

-L-louis -dice apenado, acomodandose el cabello.

-Que chulo nombre -se muerde el labio y el elotero se sonroja- deme un elote con todo por favor.

-Y si mejor te agarro el chicharrón, bombón? -pone cara de radio rebel.

-Cuando quieras rey, aquí se visten niños dioses y se desvisten vírgenes- y hace una cara "coqueta"(más bien perturbadora) arruinando el momento.

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⏰ Última actualización: Jul 03 ⏰

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Elote o arrimón | Larry Stylinson |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora