ETERNIDAD

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ETERNIDAD - (Trupan one shot)


Tal vez suene descabellado que alguien como yo, el hijo de una exitosa científica y un príncipe guerrero, el director general de la empresa más influyente del planeta, un hombre con excelente condición física, rasgos atractivos según dicen, fuerza sobrehumana, en fin. Quien diría que alguien como yo estuviera más de una década soltero, con apenas unas pocas citas sin concretarse. ¿En qué momento pasé de ser el niño extrovertido, al adulto solitario en el que me convertí?

Inclusive llegué a pensar que mi destino sería permanecer soltero por el resto de mi vida. Ilógico para alguien que ya tenía novia antes de llegar a la adolescencia. Y no me mal interpreten, no me causaba molestia la soledad, después de todo soy hijo del príncipe Vegeta, quien valoró su soledad por muchos años sin ningún inconveniente.

Creo que el error que cometí, fue enfocarme en ser alguien que no era, en vez de tener una vida normal de niño. Deslumbrado por aquel hombre fuerte y misterioso que de pronto apareció un día en mi casa. Mi versión adulta de un futuro distópico.

Me esforcé por emular al guerrero que parecían admirar todos a mí alrededor, haciéndome a la idea de que ese tendría que ser mi destino, justo el mismo que él. Inclusive comencé a vestirme con su estilo, a imitar su mirada melancólica, su forma de hablar. Pero ese no era yo, nunca lo fui.

Nuestras vidas comenzaron igual, pero se separaron a los pocos meses de nacidos, creando individuos diferentes con un aspecto similar. Yo era muy pequeño para entenderlo. Mi joven mente se convenció de que él era yo, por lo tanto, sus decisiones tendrían que ser las mías.

Entrando en la adolescencia ya era casi un hombre, tenía una novia con la que creí que debía estar toda la vida, después de todo, aquel hombre del futuro me pidió cuidar de ella. Y yo, como hombre de palabra, debía cumplir mi promesa. Así se me esfumaron los dulces años de juventud, luego comencé a hacerme cargo de la empresa familiar. Para ese entonces, no me sentía satisfecho con mi vida, sentía que algo estaba fuera de lugar, pero no sabía qué.

Entonces decidí darle un giro a mi rutina, dar un paso más a mi madurez emocional; casarme, formar mi propia familia.

Decidido a sorprender a la que según los demás debía ser mi futura esposa, le pedí a Jaco que me llevara con el sabio Zunoh, él que lo sabe todo. Quería saber el secreto de la mujer con la que tenía un largo noviazgo, con la inocente intención de saber su más grande anhelo y poder cumplirlo. Nunca imaginé lo que Zunoh me reveló. Me avergüenza admitir que tuve que besar al sabio en la mejilla, pero tenía el presentimiento de que valía la pena. En el fondo, sentía mucha curiosidad por ese secreto, imaginando que sería la cosa más inocente y tonta del mundo.

Jaco, extrañado al verme sonreír preguntó. —¿Por qué te alegras? Te estaban viendo la cara.

—Porque ahora comprendo muchas cosas —dije con la sonrisa más franca del mundo. —Nunca estuve mal, nunca fui inmaduro. Ahora quedo libre de la promesa que le hice a mi yo del futuro. Ahora puedo ser yo mismo- me encogí de hombros.

—¿Porque tomaste tan en serio algo dicho cuando eras niño? —preguntó.

—Porque esa promesa se la hice a quien lo perdió todo. Además, no era cualquier persona, era yo mismo de adulto —suspiré con melancolía. —En ese momento pensé que nuestros destinos estaban ligados, por el hecho de ser la misma persona.

Jaco levantó una ceja antes de responder. —Eso es muy tonto, tú eres tú y él es él. Son dos personas distintas, lo que dices no tiene ningún sentido.

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