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Como un susurro, como algo suave que escuchas. Es justo así como se siente.

Y estoy echado, con los ojos cerrados y la cabeza en el regazo de alguien que parece ser una mujer.

Caigo dormido momentáneamente mientras la voz de aquella mujer se escucha en toda la habitación soleada y calurosa donde me encuentro.

Pero entonces escucho unos pasos caminar rápido hacia mi y es cuando abro los ojos.

Un niño con cabello peligris está mirándome listo para jugar en el jardín entre todas las flores que se encuentran radiantes ya que es primavera.

Entonces su madre y la mía nos sonríen y dejan que juguemos fuera mientras ellas se echan la charla de todas las tardes.

- Kookie..... - escucho decir.

Al voltear veo que él se había caído y estaba a punto de llorar, entonces me acercó a él y lo abrazó protectoramente dejando que sus piernas estén a un lado de mi cuerpo mientras él esta sentado en mi regazo y apoyado en mi pecho.

- Taetae.... Kookie, cuidar. - dije con una voz tan aniñada y tierna como la suya.

Nuestros ojos se encuentran y entonces el rie tirándose sobre mi. Ambos empezamos a rodar y no logró distinguir el momento en que paramos de jugar y estábamos sobre nuestras cuatro patas viéndonos fijamente para seguir revolcándonos.

Y nuestros pequeños lobos se miran, uno al otro como si no pudiéramos pertenecer a otro lado, a otro momento.

Entonces empieza a llover y nuestras madres salen de la casa para meternos a ella.

Ambos estamos acurrucados en medio de nuestras madres mientras comemos galletitas recién horneadas y una tibia leche viendo hacia la chimenea y escuchando los cuentos que contaban ambas.

El olor a galletas se mezcla en el ambiente y entonces todo se siente más real, más hogareño. De pronto, nuestras galletas ya no estaban y las migas yacían en nuestras mejillas al igual que pequeñas manchas de la espuma de la leche que habíamos acabado de tomar.

Miro a mi lado y tomo la mano pequeña juntos  la mía, solo entonces es cuando me quedo dormido apoyado contra él.

Pero justo antes de despertar de este sueño, veo una escena que sé que se quedará grabada en mi mente durante mucho tiempo.

Veo a Taehyung, con un bebé en brazos y una manta cubriendolos a ambos mientras le canta igual de suave y cálido como me cantaban a mi aquellos días. Entonces me acercó a ellos y me uno a ese calor bajo la colcha que los cubre.

Y vuelvo a tomar su mano, su calidad mano que se entrelaza con la mía hasta dejar de apretar ya que finalmente a caído dormido al igual que el pequeño bebé entre nosotros.

















Al abrir los ojos, las cosas no han cambiado en absoluto. Porque ahora estamos en el frío invierno y no puedo ver a ese chico que me brindaba toda la calidez que necesitába.

Con pesadez bajé las gradas con dirección a la cocina. Ahí veo a Hye con ojeras bajo los ojos mirarme totalmente exhausta después de haberle salvado la vida a Hosoek.

- ¿Cómo estás? - me pregunta.

Sin saber que decir exactamente, solo subo los hombros en señal de no saber y vuelvo a bajarlos mientras me acercaba a la cafetería donde aún había mucho café caliente.

- ¿Y tu? ¿A qué hora se calmó? - pregunté refiriéndome a Hosoek.

- Bueno, Namjoon se quedó con él y lo tranquilizó. Se durmió hace unas horas pero debo despertarlo de hora en hora para poder revisarlo. - me explicó. - Si esos tipos no hubieran llegado pude haber traído todo lo que necesitaba de la Aldea. - dijo en medio de un suspiro.

Running (/KOOKV/) ////M-PREG/////Donde viven las historias. Descúbrelo ahora