11º Centígrados en una noche algo fría, de esas clásicas en mi amada Bogotá, día viernes, pleno colapso de la semana, noche de bastante silencio, uno que otro automóvil pasando por las calles, con la mente divagando y la mirada alta, observando el mismo tejar de siempre, el cual me acompaña cada que el sol se esconde.
Recordaba en este instante, lo fugaz que transcurrió el día y deprime al entender, que sostuve una conversación bastante holgada con un cerebro electrónico de cuatro vértices, tomando café cada 4 horas, esperando el momento justo para decirle adiós a esta jornada, cada vez que mis dedos tocaban alguna tecla de este aparato, sentía que me consumía en un bucle de monotonía bastante rutinario a la vez.
El desorden de mi habitación puede traducir de manera inequívoca el estado actual de mi mente, y sin dudarlo me hace reflexionar en lo fácil que un ser humano puede dejar de sentir su ser.
Hoy, solo pondré mi rostro sobre la almohada, sintiendo aquel frescor que esta genera, viendo de reojo la noche pasar, el sonido del silencio, aquel inquietante silencio, aquel que retumba en estas cuatro paredes.
Me siento un poco cansado........ Apopo ko tetahi ra