El mismo Río, Un nuevo Yo

Capítulo 2

"¡A-Ying! ¡Cuéntamelo todo! ¿Cómo te fue?" La alegre voz de Yanli lo hace sonreír incluso por teléfono.

"Fue muy bien. ¡A-Yuan está muy lindo y muy grande! También es un buen chico."

"¡Claro que lo es! No puedo esperar a verlo", dice ella y luego duda. "Te encontrarás con él de nuevo, ¿verdad?"

"Sí, acordamos visitas semanales si todo va bien y salió muy bien, así que lo volveré a ver el jueves".

"Eso es genial."

"Sí, sí lo es", suspira Wei Ying.

"¿A-Ying?" es un tono peligroso.

"¿Si?"

"Hay algo que no me estás diciendo".

Suspira y cierra los ojos. Incluso después de todos esos años de separación, ella todavía puede ver a través de él y ni siquiera necesita estar en la misma habitación.

"Ver a Lan Zhan fue realmente difícil", admite porque sabe que es inútil tratar de ocultarle algo.

"Oh ya veo. Lo siento mucho. ¿Él fue...?"

"Fue muy cortés. Es de Lan Zhan de quien estamos hablando."

"Ah, por supuesto."

"Pero fue como hablar con un extraño".

"Hm. A-Ying, sé que debe haber sido difícil, pero después de lo que le hiciste pasar..."

"¡Ya sé, ya sé! No digo que me sorprendiera, ¡sólo digo que fue duro!"

"Lo sé, lo siento. Dale tiempo, se pondrá mejor."

No está seguro de si ella quiere decir que Lan Zhan va a abrirse con él o si él se va a acostumbrar a que él sea frío. Eso no importa ahora. No se detendrá en lo desagradable y disfrutará de las cosas buenas.

Pasa los siguientes veinte minutos contándole a su hermana cada detalle de su día con su hijo.

Solo cuando oscurece y está preparado para ir a la cama, mete la mano en el cajón de la mesa de luz y saca la cajita de madera que guarda allí. El anillo dorado reluce a la luz de la lámpara que viene de la calle. Wei Ying lo gira entre sus dedos. Es tan frío al tacto, casi tan frío como los ojos de Lan Zhan.

A continuación, toma la cinta de seda. Estaba atada alrededor de su muñeca cuando se casó con Lan Zhan, como dicta la costumbre de Gusu. Presiona sus labios contra ella y cierra los ojos. La seda absorbe sus silenciosas lágrimas.

"¿Nunca lo extrañas?" Pregunta Wen Ning.

"¿Qué?" Wei Ying frunce el ceño.

"Ser una estrella de rock", dice y Wei Ying se da cuenta de que él tiene su CD en la mano.

"No estoy seguro de que me pueda llamar estrella de rock". Debe admitir que se ve muy bien en la portada con un abrigo negro fluido y una cinta roja en el cabello, está rodeado de humo negro, el título "Cadáver animado" está en letras rojas en negrita.

"Pero eras famoso. Debe haber sido una vida emocionante".

Wei Ying lo piensa. Solía ​​ser conocido por convertir canciones tradicionales para flauta en canciones de rock y metal bajo el nombre de Patriarca Yilling. Le encantaba. Recuerda la emoción cuando una multitud vitoreaba su nombre. El estado de trance en el que entraba cuando tocaba las primeras notas de una canción.

"Fue agradable", dice. "Pero no valió la pena".

Wen Ning asiente, girando la caja del CD en sus manos. "Fue... fue por eso que empezaste a tomar..."