El mismo Río, Un nuevo Yo

Capítulo 4

Wei Ying tararea suavemente en voz baja mientras prepara un refrigerio para la tarde. Prometió llevar a A-Yuan al museo para ver los huesos genuinos de dinosaurio. Él mismo está muy emocionado por eso. Su teléfono suena y frunce el ceño. Nunca cambió el tono especial de llamada que le puso a Lan Zhan, así que cuando oye los primeros tonos de una canción de amor tradicional sabe inmediatamente que es él.

"¿Lan Zhan?"

"Wei Ying, lo siento, no puedo llevar a A-Yuan hoy."

Las rodillas de Wei Ying se debilitan. "¿ Qué problema hay?"

"Está enfermo. Nada grave", añade antes de que Wei Ying empiece a enloquecer. "Le duele la barriga y tiene fiebre. Lo consulté con un pediatra y se pondrá bien. Pero no puede visitarte hoy".

"Oh, eso es... mierda," suspira apoyándose fuertemente en el mostrador de la cocina. "Perdón por maldecir, es que... realmente apesta".

"Lo sé, lo siento."

"¿Podría... podría ir a verlo?" pregunta, pero inmediatamente se arrepiente. "No, lo siento, es inapropiado, lo siento, no pensé. Realmente extraño a mi niño ahora mismo, yo..."

"Puedes venir."

"¿Qué?"

"Si no está dormido cuando vengas, puedes verlo".

"¡Lan Zhan! ¡Eres el mejor!"

"Hm."

-

Se necesitan diez ciclos de respiraciones profundas para poder entrar a la casa. Esperaba que Lan Zhan se mudara después del divorcio. No habría sido sorprendente si hubiera hecho las maletas y se hubiera ido a Gusu para estar con la familia que odió a Wei Ying desde el principio.

Pero él se quedó, se quedó en su casa, la casa que escogieron juntos, la que restauraron con sus propias manos, la que llenaron de amor.

Es incluso peor cuando entra. Si tan sólo Lan Zhan hubiera reacondicionado. El sofá del salón es nuevo y el empapelado que A-Yuan dibujó con un resaltador fue cambiado, pero por lo demás todo se parece al día en que Wei Ying fue expulsado.

"Está despierto", dice Lan Zhan, distrayendo a Wei Ying de ahogarse en la melancolía. "Le bajó la temperatura. Está deseando verte".

Wei Ying le da una sonrisa que realmente no siente. "Traje su peluche", dice estúpidamente, sosteniendo el conejito que le dio a A-Yuan el primer día.

Lan Zhan asiente, el fantasma de una sonrisa jugando en sus labios. "Se alegrará, habla mucho del peluche".

"Apuesto a que habla de él más que de mí", bromea Wei Ying mientras lo sigue hacia la habitación de A-Yuan.

"Eso sería imposible", dice Lan Zhan. 

-

A Wei Ying le duele el corazón por su hijo. Es obvio que se siente miserable, pero aún sonríe para su papá. Él abraza a su conejito de peluche mientras Wei Ying le lee un libro y le canta, y toma su medicina obedientemente. Wei Ying se queda sentado con él mucho después de que se haya dormido, solo observando su carita enrojecida por la fiebre, y acariciando su cabello.

Sale sigilosamente de la habitación, con cuidado de no despertarlo, y va a buscar a Lan Zhan. En su camino, pasa por la pared de los cuadros. Siempre ha sido una pared llena de fotos, las fotos estaban ahí cuando llegó, pero sólo ahora les presta atención y se le corta la respiración.

Están todas. Todas las fotos que pusieron juntos. La foto de su fiesta de graduación, las fotos de su boda, una del día que trajeron a A-Yuan a casa. Le sorprende que Lan Zhan no las haya quitado después del divorcio, pero aún más sorprendente es que colgó más. Y Wei Ying también está en esas. Casi parece que nunca se hubiera ido. Al final de la línea de imágenes hay un dibujo enmarcado, obviamente hecho por A-Yuan. Wei Ying estaba al borde de las lágrimas cuando vio las fotos, pero el dibujo lo rompe. Hay una figurita tosca que debe ser el propio artista, y a cada lado toma de la mano a una figura más grande. No hay duda de que el dibujado con lápiz azul es Lan Zhan y el rojo es Wei Ying. Hay una fecha agregada por una mano adulta que indica que el dibujo se hizo hace medio año.