Cap 11

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A pesar de que, por su puesto actual, tenia muchas misiones; eso no le impidió que siguiera sus intensivos entrenamientos propios; perfeccionando las posturas de su aliento solar, sumado a que frecuentemente; intercambiaba cartas con Tanjiro, para saber de sus misiones y su estado.

—¿Con que estas con el pilar del sonido? —Youko, sonríe con incomodidad al recordad su ultimo encuentro con aquel hombre.

La chica, dobla nuevamente la carta; sin dejar de pensar que ya había pasado 2 semanas sin saber del; estaba comenzando a preocuparse, pero sabia que el era mas que capaz de defenderse; y estaba segura de que si estaba en una misión con Uzui; él sería haría todo lo posible por tenerlos a salvo.

—Ah~—Suspira aliviada al ver cómo le falta muy poco para llegar al distrito de la flama, manteniendo el paso lento que llevaba.

Muchas cosas rondaban su mente; omitiendo su anterior nombrada preocupación por Kamado Tanjiro, en su mente también estaba Akaza; esa luna que, desde el incidente en el tren, no había parado de hostigarla; sabía que debía notificarlo y pedir ayuda, ya que ella sabía que no estaba a la altura de esa luna; pero ¿Qué podía hacer?, claramente no estaba defendiendo a un demonio, pero este la había ayudado en más de una oportunidad.

—¿Qué es lo que mantiene tu mente tan distraída? — pregunta Kyojuro, caminando a su lado.

Pero Youko, no lo nota y sigan inmersa en sus pensamientos mientras camina.

El rubio, que estaba fuera de la finca; la vio llegar y decisión alcanzarla, para que así ambos fueran a casa, pero al parecer sus pensamientos la tenían apresada.

—¿Youko? —llama, tomándola de la muñeca para que se detenga y lo mire.

La pelinegra, eleva su mirada y se topa con esos orbes tan característicos; que siempre la miraban con cariño y comprensión.

Sus sonrisas se ensanchan, cuando ambos se sonríen. Sus brazos se atraen hacia si mismos; envolviéndose en un cálido y deseoso abrazo.

—Te extrañe—susurra Youko, deseosa de contacto.

—Bienvenida a casa—

Su llegada a la finca no fue nada fuera de lo usual; aunque esta vez se dedicó a descansar, para mañana iniciar su tan ansiado entrenamiento.

El sudor corría por sus mejillas; sonrojadas, por la agitación, con la manga de su ropa, lo seca y se dispone a continuar.

—Te has vuelto mucho más fuerte— alaba Kyojuro; que estaba desde hace algunos momentos, mirando el entrenamiento de su pareja.

—¿Tú cree? —pregunta con algo de desconfianza, deja su katana en el suelo y se sienta junto al rubio.

—fuiste capaz de ejecutar la ultima postura de la flama, y sin ningún problema— La felicita sonriéndole con orgullo.

—si... como te dije anoche; la use sin pensar sus consecuencias, lo siento mucho—

—Se que lo hiciste para ponerte a prueba, no debes disculparte— la tranquiliza, acariciándole la mejilla, quitando una pequeña gota de sudor, que todavía quedaba en esta.

—Todo se lo debo al señor Shinjuro y obviamente a ti— agradece con una sonrisa tranquila —¿ya estas mejor de tus heridas? —

—Ya estoy casi recuperado— su mirada se asevera, mirando al cielo —Se siente extraño dejar las misiones y el entrenamiento— era notoria su tristeza, Youko podía sentir la frustración que albergaba el corazón de su amado.

—Podrías dedicarte a entrenar a mas Cazadores, siendo el ex pilar de la flama y haber entrenado a dos pilares actuales; te hace un maestro muy cotizado— Propone Youko, con tono pícaro; con el fin de hacer sentir mejor a su pareja.

La reencarnación del solDonde viven las historias. Descúbrelo ahora