// UNDÉCIMO CAPÍTULO REESCRITO//
Haganezuka Youko, fue encontrada en la cima de la montaña más cercana al sol, su vida fue tranquila, hasta que por azares de la vida; entra en contacto con una katana negra, que despertó en ella unos recuerdos de su...
por fin habían logrado la paz tan anhelada, pero bajo que costo? el necesario para proporcionar que un mundo a salvo estuviera asegurado; pero, había valido la pena?
es pregunta rondaba la cabeza de Kyojuro durando esta época del año.
Casi 3 años habían pasado de aquella victoria para la humanidad, todavía mantenía su luto como el primer día, y lamentablemente todos sus cercanos sabían que eso lo acompañaría hasta el día de su fallecimiento.
después de la muerte de la pilar de la flama solar, nada volvió a la normalidad; los hombres habían perdido nuevamente a una persona importante para ellos, a pesar de que los más afectados fueron Kyojuro y Senjuro, se hizo notorio que de igual manera le afecto a Shinjuro, pero esta vez todo fue distinto; el se mantuvo firme, para consolar a sus hijos y ayudar a superar la muerte de la chica.
los tres hombres apartaron un lugar especial donde pusieron la katana; que había sido de Yoriichi y luego de Youko, junto a un retrato de ella, y bajo la repisa estaba un colgador que tenia el haori del pilar de la flama.
cada día como tradición para Kyojuro era pasar por ese lugar de la casa y sentarse unos minutos en silencio.
con el pasar del tiempo para Shinjuro y Senjuro fue preocupante ver como el ex pilar seguía siendo devoto a aquella chica que ya no estaba con ellos.
Senjuro corre hasta la habitación de su padre, para acordarle que ha llegado aquel día, el padre acompaña a su hijo menor hasta la habitación del mayor.
-debes seguir con tu vida, todavía eres joven; y además hay muchas chicas que quisieran estar contigo Kyoujuro.-le dice su padre con su expresión seria de siempre.
-padre tiene razón, a Youko no le gustaría verte así, esta bien todo lo que has hecho, pero debes continuar con tu vida.- le sigue Senjuro.
-no deben preocuparse por mi.-El mayor de los hijos sonríe sinceramente.-esta es mi decisión y deben respetarla...- Kyojuro toma una bolsa y camina hasta la puerta por donde había entrado su padre y su hermano.- volveré en un par de días.-
-quiero ir hermano.-pidió el menor, con el acto de hacerle compañía a su hermano en esta fecha.
-déjalo Senjuro, déjalo que vaya solo, no conseguiremos que cambie de parecer.- detuvo su padre.
por fin Kyojuro había salido de su casa y del distrito de la flama; emprendió camino para llegar al lugar donde descansaba eternamente el cuerpo de la chica; aquella montaña cerca de la villa de los herreros.
el camino estuvo lleno de nostalgia y recuerdos hermosos, que le hicieron sonreír más de una vez.
el sol se encontraba en su máximo esplendor; cuando el rubio llego a la tumba de Youko, la cual estaba llena de flores y algunas bellotas.
una risilla se escapa por entre sus labios, al saber de quienes eran esos adornos en la tumba.
-ellos siempre te visitan, hasta el día de hoy Tanjiro carga con tu muerte; pero yo se que tu lo perdonaste... no le guardo rencor, de echo el es lo más cercano que tengo a ti ahora. dentro de una semana se cumplen 3 años de la disolución del cuerpo de caza demonios, ojala hubieras vivido para verlo.-Kyojuro mira al cielo, alcanzando a ver de reojo al sol.- lo debes estar viendo, siempre estarás aquí brillando cada día para mi y para tu legado.- el chico se sienta junto a la tumba y cierra su único ojo.- espero que tu y madre se estén llevando bien... te extraño desde el día que te fuiste y siempre lo hare, sin importar el que... siempre serás todo para mi.-
y así se mantuvo unas horas hablándole al sol que estaba brillando para él, en aquel amargo día.
-espero nos encontremos pronto... te prometo que cuando nos encontremos te pediré que seas mi esposa, jamás nos separaremos y podrás ser la mejor madre del mundo.-
-solo espero que en la otra vida puedas protegerla y amarla tanto como ella te amo.-se escucha una voz desde su punto ciego, por lo que esto obligo a que Kyojuro volteara su cabeza completa para lograr ver quien era, al darse cuenta de quien lo había escuchado y de lo que había dicho, sus mejillas se tiñeron de un rojo brillante, mostrando como la vergüenza lo estaba consumiendo.
-Haganezuka-San.- fue lo único que pudo articular el rubio.
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-ella hubiera hecho lo mismo que tu, te llevaría en su corazón grabado con fuego hasta que este se detuviera. ella te amaba, jamás lo dudes.- el enmascarado, camino hasta la tumba y dejo un girasol arriba de la piedra.- cuídate y te deseo mucha fortaleza y fortuna... gracias por ayudar a Youko... a mi hija a encontrar lo que su alma anhelaba.
y así como llego el herrero se fue dejando a Rengoku con sus pensamientos más apacibles.
los años habían pasado y su promesa se mantuvo hasta el día de la muerte de Kyojuro, su hermano Senjuro fue fiel a la promesa que le hizo a su hermano mayor en su lecho de muerte, dejarlo junto a su amada y así fue, el menor los dejo descansar uno al lado del otro deseando que ambos enamorados pudiera encontrarse por fin y descansar.
