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MADDIE TOCÓ LA PUERTA DE MADERA FRANTICAMENTE , su paciencia claramente inexistente en ese momento. Se veía muy extraña por decir lo menos, ya que no era frecuente que apareciera en el porche de la gente en bata de baño y pijama.
Después de algunos golpes más, la puerta finalmente se abrió y allí estaba un chico de cabello rizado que parecía que acababa de despertar también.
"¿Puedo ayudarte?"
"¿Has visto a mi hermana? Me desperté y la ventana de su habitación estaba abierta, y ella no estaba en ningún lugar de la casa, y sin mencionar que mi auto se ha ido ".
Hayden se apoyó contra la puerta, su cerebro se adaptó al problema repentino.
"Eso es lo que me he estado preguntando durante la última hora. Se suponía que Kenzie vendría aquí, pero nunca apareció y luego me quedé dormido esperando".
"¿De verdad le dijiste que se escapara ... a esta hora durante la noche?" La rubia apretó los dientes.
"¿Eres tan tonto?"
El chico se encogió de hombros mientras levantaba las manos en defensa.
"Solo quería pasar el rato con ella porque tuvo un día de mierda. Además, ¿qué íbamos a hacer, preguntarte?"
La rubia se masajeó las sienes, "¡Hubiera sido una buena idea!"
"Gracias por el consejo, me aseguraré de tenerlo en cuenta la próxima vez", suspiró Hayden.
"¡No habrá una próxima vez si te extraña, perra!"
"Entonces, ¿qué hacemos ahora? ¿La has llamado?"
"La he llamado treinta y siete veces y le he enviado mensajes de texto ochenta. No ha respondido, leído ni respondido".
El niño salió al porche, corrió hacia el camino de entrada y miró a su alrededor.
"... ¿Cuál es el plan?"
"¡Enciende tu maldito auto y salgamos de aquí! ¡Mi hermana podría estar en cualquier parte!"
"Es demasiado tarde, ¿cómo vamos a encontrarla? Esperemos hasta la mañana"
Se dio la vuelta cuando pudo escuchar el sonido de las llaves, dándose cuenta de que Maddie las había arrebatado del cuenco que estaba al lado de la puerta.
"Me importa un carajo. Conduzcamos por esta ciudad fantasma y pueden apagar las luces", abrió su coche y se subió al asiento del pasajero.
"Y no dormiremos hasta que llevemos a Kenzie a casa".
Hayden asintió derrotado, sabiendo que su mejor amigo probablemente estaba perdida o en problemas. Siguió la rubia mientras subía al asiento del conductor.
Los dos se abrocharon los cinturones de seguridad mientras el chico salía apresuradamente del camino de entrada.
Maddie bajó la ventanilla y asomó la cabeza a las calles vacías iluminadas por varias farolas.
"¡MACKENZIE! ¡¡MACKENZIE !!"
Su voz era pesada y llena de preocupación. Hayden no podía decirlo, pero sus ojos estaban cubiertos de lágrimas.
De repente se sobresaltó por la sorpresa. Volvió a meter la cabeza en el vehículo mientras se apresuraba a encontrar su teléfono que estaba en algún lugar de ella.
"¡Qué! ¡¿Qué es ?!"
Sacó su dispositivo y entrecerró los ojos cuando la pantalla brillante se iluminó. Su teléfono vibraba en sus manos cuando rápidamente aceptó la llamada del número de teléfono desconocido.
El chico de pelo rizado continuó conduciendo mientras esperaba que terminara.
"Oh m-mi ... oh dios ... estaremos allí."
Maddie dejó caer su teléfono en su regazo, su rostro cubierto de lágrimas ahora brillaba bajo las farolas.
"¿Quién era? ¿Qué dijeron?"
La niña ahogó un sollozo, su respiración se hizo cada vez más corta.
"... H-Hayden, ve al h-hospital—"
La miró confundido.
"- ahora."
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