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LOS DOS ADOLESCENTES AGOTADOS entraron en la habitación, sus manos contenían una taza de café.
Inmediatamente vieron a la morena esparcida por la cama torpemente, con los ojos cerrados mientras su lengua colgaba como si estuviera muerta.
"Eso no es gracioso, Kenzie." Maddie negó con la cabeza mientras caminaba sentada junto a sus piernas.
Mackenzie abrió los ojos y se apoyó en la cabecera. "Bueno, buenos días a ti también."
El silencio se apoderó de ellos mientras los dos examinaban las heridas de Mackenzie. Maddie luego abrazó a su hermana en un fuerte abrazo.
"Lo siento", murmuró en voz baja.
"Más te vale."
Acercó una silla al lado de la cama y se sentó, Hayden haciendo lo mismo. "¿Sabes lo aterrador que fue recibir una llamada diciendo que estabas en el hospital?"
La niña frunció el ceño.
"E imagina perderte en el aniversario de la muerte de mamá, eso estuvo demasiado cerca, Kenz".
"¿Cómo podría olvidarlo?", Murmuró, "lamento haberte puesto en esta posición".
Maddie asintió, "Siempre que estés bien".
El chico de cabello rizado tarareó de acuerdo, no queriendo perturbar su momento. Los había estado observando, tomando tranquilamente su café.
"¿Como te sientes?"
"Como una mierda", suspiró Mackenzie, "Me duele el cuerpo y no hay nada que hacer aquí".
"Puedo hacer que Hayden vaya a nuestra casa a buscar su computadora portátil, cargador, audífonos y otras cosas que pueda necesitar".
La morena asintió con entusiasmo, sacando el labio inferior, "¿Por favor?"
Suspiró y se puso de pie lentamente. Aunque no tenía ganas de volver a conducir, estaba demasiado cansado para discutir con ella.
"¡Eres la mejor!" Mackenzie gritó.
Su rostro estaba iluminado, a pesar de su tez pálida.
"¡Lo sé!"
El chico miró a su mejor amiga antes de salir de su habitación. Cuando entró al pasillo, no pudo dejar de sonreír.
" Es demasiado linda ", murmuró en voz baja.
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HAYDEN tocó el exterior de la puerta de su coche. Su brazo estaba colgando de la ventana mientras conducía hacia la casa de su mejor amigo, que había sido un viaje bastante rápido ya que todavía era temprano en el día.
Sonó música suave de fondo mientras movía la cabeza al ritmo y cantaba en voz baja.
" Dime, ¿alguna vez piensas en nosotros? ¿Debería preguntar un poco más o debería parar ?"
Entró en 1273 Rockefeller Street mientras estacionaba su vehículo frente a la casa de coral. Luego apagó su auto y saltó, dirigiéndose hacia la puerta principal.
Cuando finalmente entró con la llave de la casa que estaba escondida debajo del tapete, se dio cuenta de lo inquietante. Nunca había estado completamente solo en su casa.
Mientras caminaba por su casa y hacia un pasillo, finalmente llegó a la habitación de Mackenzie.
Su cama estaba desordenada y su piso estaba cubierto de varias camisetas, sudaderas con capucha y calcetines.
Luego, sus ojos miraron hacia la ventana que aún estaba abierta, la brisa hacía que las cortinas se levantaran un poco. Hayden se estremeció al imaginarse a la morena saliendo por la ventana para ir a su casa.
Si tan solo no la animara a escapar.
Caminando a través del desorden en el piso, encontró una pequeña mochila para colocar algunos de sus artículos. Al estar en su habitación muchas veces, sabía dónde encontrar las cosas que necesitaba.
Mientras caminaba hacia su escritorio, tomó su computadora portátil y auriculares, colocándolos en la bolsa.
"¿Ahora dónde diablos está su cargador?" Murmuró mientras movía algunas cosas en la mesa.
Sus ojos chocolate pronto se lanzaron hacia el acorde blanco que estaba cerca de un marco de imagen.
Hayden examinó la foto mientras la tomaba, dándose cuenta de que era de él y Mackenzie abrazándose frente a una puesta de sol. Dejando la foto, también notó un brazalete de colores familiares que estaba junto al desorden de cosas en su escritorio.
Sosteniéndolo entre sus dedos, jugueteó con las cuentas de colores que decían jenzie .
Sonriendo, el niño miró el brazalete y volvió a la imagen en contenido.
Finalmente recuperó a su mejor amiga, y no habría ningún otro chico en el futuro que pudiera alejarla de él. y él se aseguraría de eso.
—Incluso podría tener la oportunidad de decirle cómo se siente realmente.
Levantando la cabeza de golpe, el sonido del timbre sonó en la casa de repente.
Mientras sacaba el bolso de Mackenzie de su habitación, caminó hacia la puerta con curiosidad mientras se preguntaba quién vendría a esta hora del día.
"Oye, yo no vivo aquí pero-"
La cara del chico de cabello rizado cayó cuando vio el par de ojos verdes que lo atravesaban.
" ¿Dónde está Mackenzie? "
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