ii. Blonde

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CAPITULO 2

Rubia
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Gwendolyn se vistió con un vestido azul pastel de manga larga, con falda de vuelo hasta tres dedos por encima de las rodillas y la parte de arriba pegada

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Gwendolyn se vistió con un vestido azul pastel de manga larga, con falda de vuelo hasta tres dedos por encima de las rodillas y la parte de arriba pegada. Se puso unas medias color carne para el frío y se peino déjando su rubio cabello caer por su espalda. Sonrió mirandose al espejo y, trás agarrar su mochila, bajó a la planta de abajo.

—Buenos días.—saludó Gwen con su sonrisa y su buen humor de siempre.

—Buenos días.—murmuraron padre e hija, estos dos no tenían tan buen despertar cómo la rubia.

—¿Vamos al instituto?—preguntó Bella, quién ya le dió la bienvenida a su prima la noche anterior, y la rubia asintió rápidamente.

Las dos adolescentes se despidieron de Charlie Swan y subieron al coche de la castaña quién arrancó en dirección al instituto.

Íban en un incómodo silencio, Bella se veía alterada; cómo si algo le torturara en exceso. 

—¿Todo bien, Bells?—preguntó la rubia—Se te ve preocupada.

—No es nada, Gwen.—murmuró sin siquiera mirarla.

Un rato después, Bella aparcó en el estacionamiento del instituto y ambas mujeres bajaron de la camioneta. La más alta de las dos miraba a un punto fijo, Gwen siguió su mirada encontrandose con un grupo de personas, y Gwen dedujó por sus pequeñas similtudes qué eran familia.
Uno de los chicos, el castaño cobrizo, caminó hacía el bosque y Bella empezó a caminar hacía allí.

—Oye, Bells, ¿qué haces?—preguntó su prima siguiendola pero la castaña la ignoró y caminó hacía el bosque. Gwen hizo una mueca de confusión y se giró para ver a la extraña familia. Centrandose en la rubia más guapa que alguna vez había visto.—Rubia.—la llamó y Rosalie la miró extrañada.

—¿Me hablas a mí?—preguntó la vampira.

—Pues claro, rubia. ¿Te importaría enseñarme dónde está secretaria? Soy nueva.—preguntó con media sonrisa.

Alice Cullen le dió un pequeño codazo a su hermana adoptiva, ya habían hablado de esto, y Rose se había sorprendido por lo que la pequeña le atraía.

—Eh, claro...—dudó un poco.

—¡Genial!—exclamó Gwen y, con la mirada de todos los vampiros en ellas, comenzaron a caminar.

—Soy Rosalie, por cierto.—se presentó.

—Gwendolyn Swan, aunque puedes llamarme Gwen, Gweny, el amor de tu vida.—se encogió de hombros.—Cómo tú prefieras.

La vampira enfocó sus dorados ojos en ella, mirandola con sorpresa.

—Eh... Ok.—habló aún un poco sorprendida. Gwen ladeó un poco la cabeza.

—Me gustan tus ojos...—comentó—Nunca había visto un color así. Son hermosos.

—Gracias.—Rose, por primera vez en toda su vida, sentía que se sonrojaría por un cumplido y agradecía no tener sangre en las venas porqué si no estaría roja.

Ambas mujeres pararon frente a secretaria y la más bajita le sonrió ampliamente.

—Gracias, rubia.—agradeció—Siempre es un placer conocer a Diosas cómo tú.

—Eh... Nos vemos...—Rose dudó y Gwen entró a secretaria.—¿Qué demonios?—murmuró para ella misma.

¿Qué acababa de pasar?

Tremenda la Gwen ¿no? JajajajaCreo que la amo

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Tremenda la Gwen ¿no? Jajajaja
Creo que la amo. ¿A Rose le importaría si se la quitara?

Strange • Rosalie Hale Donde viven las historias. Descúbrelo ahora