Esquizofrenia

Entrevista

No sentía mis ojos, mis manos o mi piel en contexto. Solo podía percibir datos curiosos sobre personas que ya habían fallecido, podía percibir cómo estaban sufriendo en el más allá, cómo poco a poco estaban realizando el ciclo de muerte una y otra véz. Ellos me llamaban, me decían qué estar muerto era una sensación tan satisfactoriamente errónea qué estando vivo no lo comprenderia. Ellos me invitaban a su mundo.

Posterior a eso vi una luz, pues así como una llama renacida entre las cenizas, sentía como me ardían levemente los ojos gracias a él reflejo del sol asomándose en mi ventana recientemente abierta.

-Buenos días cariño -dice su madre alentada por un nuevo dia-.

Yo sin más qué desear, procedí a responderle el saludo, intentando ser lo más amigable posible.

-Buenos días mamá -le dije disimulando una sonrisa-, ¿qué haces?

-Debes ir a la escuela hijo, es un nuevo día lleno de alegría, además, hoy te prepare tu jugo favorito -lo dice sonriendo mientras le acerca su jugo de naranja repleto de drogas antidepresivas diluidas-.

-Ouh, gracias mamá.

Dije mientras bajaba sin asearme para la escuela, pues a pesar de todo, no tenía mal olor.

Saliendo de casá encuentro personas de rostro familiar, eran aquellas que siempre veía pasar a la misma hora de cada día.

Ya eran las 7:00 A.M. Hora para entrar a mi salón habitual de clases. Me senté en aquella esquina, en el asiento frío y descuidado de siempre, sentía que allí podía sentirme a gustó, alejado de todos los demás.

-Buenos días alumnos -Dice el profesor Oak-. Hoy tenemos a una nueva amiga y compañera entre nosotros, denle la bienvenida a Nath Seals.

Yo sin prestar mucha atención al asunto, continúe tapando mi rostro con el cuaderno para continuar mi dibujo, solo escucho a los demás saludando a la chica nueva, mientras le advertían sobre mí, "cuidado con el", "aléjate de él, es un monstruo", son unos de los comentarios a los cuales estaba acostumbrado. Viéndola de por encima de la portada de mi cuaderno me fije que se sentó al primer puesto, no pude detallar su rostro sin qué alguien me mirara.

*RING*

Suenan las campanas del almuerzo. En eso voy a mi lugar, aquel donde nadie puede venir a molestarme, pues, nadie sabé dónde está ubicado.

-Escucho un ruido-

-¿Quién anda allí? -intente susurrar a pesar de el miedo que sentía-

-¿Ho-hola?, ¿Qué es este lugar? - Exclamó Nath-

-Oh, hola, este es mi lugar secreto -Respondí mientras lograba detallar a duras penas que era la niña nueva-, ahora deberé asesinarte para qué no le cuentes a nadie de él -lo dije sarcásticamente soltando una agradable carcajada-.

-Ouh no, podemos tener este secreto -Dijo agradablemente mientras observaba todo el lugar-.

Por alguna extraña razón, me sentía incomo al compartir con esta chica, pensé que solo quería aprovecharse de mi, qué querría hacerme daño para luego burlarse de mi como siempre lo hacía todo mundo.

Suenan las campanas de salida. Camino a casa, mientras veo a todos peleando entre sí vuelvo a encontrar a la chica, me pareció extraño que quisiera hablarme nuevamente, yo solo salí huyendo directo a mi cuarto para no entrar en contacto con nadie. Me desnudo y allí estaba mi mamá, arropandome y consolandome para así poder llegar a otro día.

Son las 12:00 A.M. Tiempo en el cual siempre escuchaba aquellas voces que me decían a toda costa que si dormía, no despertaría, así pasaba todo hasta el siguiente día.