Desperté de golpe, luego de tener aquella pesadilla por enésima vez. Han pasado más de 10 años de aquel día donde sucedió el Reversa Cero, donde perdí a mi familia y mi libertad. A pesar de ser salvada por una brigada médica, unos sectarios llegaron a donde nos refugiábamos y asesinaron a todos los que me rescataron. Todo para secuestrarme junto con otros sobrevivientes.
Desde entonces, cada noche sueño con aquel día una y otra vez.
Las primeras noches me sentía aterrada, pero con el pasar del tiempo, ese sueño dejó de tener tanto impacto en mí. Viví tanto en el miedo que este se convirtió en mi hábitat natural. De hecho, siento que mi anterior vida nunca sucedió, que solo era un hermoso sueño.
No recuerdo cuánto pasó desde entonces, ni siquiera sé qué día es. Me volvieron una simple sirvienta de una familia, un objeto, aunque agradezco que aquí dejé de ser un placer sexual.
También me dieron un nuevo nombre: Qilla, y me tatuaron en el brazo con un símbolo extraño. ¿Cuál es mi verdadero nombre? Inyanga, es lo único que recuerdo de mi antigua vida.
Aún me sigo preguntando si de verdad vale la pena seguir respirando.
—Agradezco a las deidades por otro miserable día más.
Luego de insultar a los dioses de esta secta, me vestí con una túnica y subí las escaleras para empezar mis actividades diarias.
El hogar donde me encontraba, era uno simple. Una edificación de madera con 3 habitaciones. Yo vivía en el sótano, pues así se evitaría que escape como anteriormente había intentado. Aunque escapar sería una decisión inútil, ya que estábamos en una isla donde no podía ver tierra en ninguna de sus costas.
Me dirigí a la cocina y encendí el fuego con unas piedras para hervir el agua que recogí de la lluvia. Luego, me dediqué a quitarle las escamas a los pescados. Ya me había acostumbrado a este trajín diario, y me entretenía imaginando a algún sectario de aquí siendo cortado como el pescado entre mis manos.
Bueno, cualquier sectario, menos una persona...
—Veo que amaneciste temprano, insignificante sirvienta.— escuché la voz de una mujer adulta. La dueña de la casa se había despertado temprano—
—Sí señora. La comida estará lista dentro de...
—Cállate y concéntrate en cocinar, estúpida.— Su voz aumentó de volumen como si me recriminara— ¡Termina o nuevamente te encadenaré al sótano!
—Si señora.—respondí—
El silencio reinó en ese momento, se podían escuchar el cuchillo golpeando la madera en cada corte. Logré escuchar también varios pasos del otro lado de la pared, lo que me decía que varios guardias se estaban retirando.
—¿Ya dejaron de espiarnos?— la dueña de casa se relajó y me preguntó para asegurarse de estar fuera de peligro—
—Así es.— dejé el cuchillo a un lado y enjuagué mis manos mientras ella se acercaba a mí—
—¿Fui convincente? Lo siento si me sobrepasé.
—Lo fuiste, ya hablamos de que no importa si dices algo de más.—reí por lo bajo al recordar su actitud "dura"—
Ella sonrió y me ayudó a llevar algunos utensilios al comedor. Por mi parte, comencé a quitar los pocos huesos que quedaban en medio de la carne de pescado.
Llegué a esta casa hace casi 8 años. Anong, la dueña de casa, me compró en una subasta de esclavos. Ella al inicio fue castigada por tratar de adoptarme, por eso con el pasar de los años creamos un "guión" para fingir una relación ama-sirvienta que ha logrado engañar a todos en la isla.
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A Sky Full Of Stars (Proyecto)
FanficCo-escrito con: Kelda Idea Original: Kelda Luego de la catástrofe llamada Reversa Zero, muchos habitantes de ciudad Neo-Dómino murieron mientras otros desaparecieron misteriosamente. Inyanga, sobreviviente de aquel trágico episodio, fue secuestrada...