Fruto prohibido [Himiko Toga y Tu ]

《 1 》

"Miradas de Amor"

-Basta con mirarte para que empiece arder mi corazón, para que mi cuerpo desee el néctar de tu corazón-

Una noche normal como todas, el frió ya empezaba a sentirse, el invierno se estaba acercando poco a poco estaba pronosticado que nevaría dentro de un par de días.

Vaya quien diría que una linda chica de ojos color ámbar estaría perdidamente enamorada u obsesionada con una joven que recientemente había llegado al país después de su largo viaje en el extranjero.

Los suspiros empezaron a salir de los labios de la rubia sus cabellos estaban sueltos estaba acostada en su cama con las sabanas desordenadas por lo que estaba haciendo, el roce de sus dedos era tan excitante, en esa zona tan erógena que estaba ubicada en su parte "v", acariciaba con lujuria su botón mientras gemía una y otra vez el nombre de su amada, acariciaba uno de sus pechos apretando su pezón mientras sacaba la lengua totalmente excitada, un hilo de saliva se deslizaba por sus labios llegando casi a su mentón.

-Ahh~....T/N-chan eres tan linda~ —pronuncio el nombre de su amada mientras se masturbaba observando la gran foto que tenia pegada en el techo de su habitación—

Era una fotografía que pudo tomar mientras la espiaba por la ventana de la casa de la joven, una hermosa chica de piel morena clara, un perfecto cuerpo ante los ojos de la villana, dicha fotografía la fémina se encontraba en ropa interior sentada en la cama de su habitación mientras peinaba sus cabellos.

Esta vez introdujo sus dedos en su cavidad, simulando embestidas mientras movía sus caderas al mismo compas, jadeando al sentir su tacto, ya había perdido la cuenta de las veces que se había masturbado pensando en la fémina, sintió espasmos recorrer su cuerpo pronto sentiría el clímax, movió con más rapidez sus dedos dejando que sus fluidos transparentes salieran mientras gemía por última vez el nombre de su dulce fruto prohibido.

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Estaba caminando una fémina dentro del super mercado mientras empujaba el carrito por el pasillo de golosinas, tomando una bolsa de papitas colocándola en el carrito, llevaba un pequeña coleta sujetando sus cabellos cortos con un pasador con una figura de conejito en este sosteniendo su flequillo.

Sus ojos verdes aceitunas se cruzaron con unos bellos orbes dorados, sin darse cuenta ambos carritos chocaron.

-C-como lo siento —se disculpo haciendo una reverencia aun con sus manos en el mango del carrito —