Luzugetta

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Era un día bastante normal; hacía sol, los habitantes de Karmaland se dirigían hacia sus casas después de una larga pero buena jornada de trabajo... Todo iba bien, hasta que todo empezó a ir mal.

Vegetta se encontraba en su casa, preparándose la cena mientras que tarareaba la canción de cumpleaños feliz sin sentido alguno, porque no era el cumpleaños de nadie, pero bueno sólo le apetecía cantarla.

El de ojos amatistas sonrió viendo desde la ventana como el pueblo estaba lleno de pueblerinos alegres, haciendo compras o simplemente reunidos.

En ese momento su cara cambió a una de terror viendo como de repente miles y miles de mobs empezaban a acercarse al pueblo.

Vegetta cogió corriendo su móvil dejando un mensaje en el grupo que tenía con sus 8 compañeros:

V: ¡Chicos! ¡Corran! EL PUEBLO ESTÁ EN PELIGRO.

Cerró de inmediato el teléfono escuchando desde su sala de cofres las notificaciones del chat. Cogió su espada mamadísima y salió corriendo de la casa, dirigiéndose al pueblo lo más rápido que le permitían sus piernas.

Cuando llegó allí se encontró con Luzu y Alexby los cuales se encontraban luchando contra unos mods chetados mientras que los guardias del pueblo lo defendían de los zombies normales.

Las horas pasaron, poco a poco fueron tomando ventaja sobre los zombies, pero... ¿Cómo iban a saber que todo esto era una distracción? ¿Cómo iban a saber que en 10 minutos dos de ellos iban a ser secuestrados? ¿Cómo iban a saber que ese día marcaría su destino?

En ese momento se escuchó un alarido de dolor y Vegetta se giró rápidamente viendo cómo Luzu tenía un tajo en la pierna derecha que parecía muy profundo y varios zombies lo rodeaban, casi saboreando el sabor de sus entrañas.

El líder de aquel grupo extraño de héroes corrió hacia su compañero, matando a los zombies que lo rodeaban y cogiendo al castaño en brazos para llevárselo a un sitio apartado y poder curarlo. Durante todo el viaje Luzu había estado gritando de dolor mientras que sentía como poco a poco se desvanecía por la falta de sangre.

-Shh, shh. Tranquilo Luzu, todo va a salir bien - dijo el pelinegro mientras que dejaba al de capucha en el suelo y le acariciaba suavemente las mejillas pálidas.

-Vegetitta... - llamó el herido mientras que empezaba a temblar.

-¿Si?

Los ojos del que había sido Evil Luzu se llenaron de lágrimas, empezando a poner nervioso a Vegetta, el cual estaba intentando taponar la herida.

-Tengo una poción de regeneración en mi casa... tráela... - susurró el castaño mientras intentaba cerrar sus ojos, siendo impedido por Vegetta.

-Nada de cerrar los ojos. Tienes que aguantar.

-Tranquilo, yo aguanto pero tráeme la poción - suplicó el mayor mientras unas amargas lágrimas rodaban sobre su rostro.

Vegetta se levantó rápidamente corriendo hacia la casa de Luzu, desesperado. En cuanto llegó rebuscó en todos los cofres encontrando la poción de regeneración más desprotegida de lo que creía que iba a estar.

Corrió de vuelta hacia el pueblo con las esperanzas de que Luzu estuviera bien, de que siguiera vivo...

Y si... se suponía que Vegetta iba a llegar, lo iba a salvar e iban a ganar la batalla. Pero siempre pasan cosas inesperadas que cambian el destino, o al menos lo que parecía el destino... Porque el destino de una persona no es siempre el que te esperabas, a veces pasan cosas que tuercen ese destino, que descomponen tu vida del todo, que te llevan a una nueva época de tu vida de terror, angustia, dolor y tortura... ¿Pero quién dice que entre esos sentimientos no se pueda esconder una pizca de amor?

Karmaland Ships / One-shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora