Uno

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—Deja de verlo —había dicho Kang Taehyun, su mejor amigo, mientras acomodaba elegantemente su rubio cabello detrás de su oreja. Estaban en la cafetería, una tarde usual y tranquila en la que Huening Kai no podía despegar la vista de su crush.

—Me temo que eso es imposible, Hyunnie. —respondió él, con una sonrisa boba en la cara.

—Sí es posible, sólo deja de verlo —respondió seco el rubio claro—. Gira la maldita cabeza y ya. Vas a asustarlo.

—Lleva 2 meses con el cabello de ese mismo tono y se ve exactamente como el primer día que se lo tiñó, ¡¿cómo es posible?! —exclamó Kai, ignorando a su mejor amigo. Taehyun rodó los ojos.

—Quisiera saber su secreto. —murmuró el chico pelirrosa junto a Taehyun, sin siquiera levantar la mirada de la comida con la que estaba jugando. 

—Yeonjun, aunque tengas su secreto, tu cabello no aguantaría una decoloración más. —respondió el rubio, mirando al mayor con diversión.

—Vaya manera de apoyar a tu novio, cariño. —volvió a murmurar el aludido, mientras metía un bocado en su boca con molestia, Kang rio. Sin embargo, antes de que Taehyun pudiera contestar, una bandeja de comida se azotó en la mesa llamando la atención de los tres chicos ahí presentes. Por su parte, un chico de cabellera chocolate trataba de recuperar el aliento tras aparentemente haber corrido hasta donde estaban.

—Hablé con él. —dijo el recién llegado, Choi Beomgyu, con la respiración agitada.

—¿Y? —preguntaron los tres a la vez.

—Es cierto, Soobin dejará la escuela. Hoy se despidió de todos. —anunció pausadamente el pelinegro haciendo un ademán con su mano derecha para hacer énfasis en sus palabras antes de volver a recargarse en la mesa para respirar propiamente. Los otros tres se quejaron al mismo tiempo. Huening golpeó su cabeza en la mesa, Taehyun se talló los ojos con frustración, Yeonjun se acercó al recién llegado y entrecerró los ojos, desconfiado.

—¿Hyunjin te lo dijo? —cuestionó el pelirrosa apuntándolo con sus palillos, el castaño asintió.

—Sus palabras exactas fueron: —hizo una pausa para tragar saliva— "Dejará la escuela porque no necesita de las calificaciones, son para idiotas que creen que un número define cuánto vales. Si mis padres no fueran tan estrictos, yo también la dejaría." —dijo haciendo comillas— Luego Minho hyung le dio un golpe en la cabeza.

Kai, quién no había levantado la cabeza en ningún instante, soltó un sonido gutural desde el fondo de su garganta.

¿Cómo hablaría con su crush ahora si él iba a dejar la escuela?

¿Era este el fin del Hombre Araña?

(◍•ᴗ•◍) ✧*。

Kai salió de la heladería con un helado de menta con chocolate en mano, les había dicho a sus amigos que apartaría una mesa afuera del local, así que eso esperaba hacer, no contaba con encontrar a cierto alto peliazul de labios pequeños y ojos brillantes justo en el momento que abrió la puerta. Huening se quedó sin palabras. Por su parte, Soobin levantó una de sus cejas al ver al castaño frente a él bloqueando su paso.

—¿Te conozco? —preguntó el más alto de los dos, Kai entró en pánico.

—Eh... No, no, no, no, no —negó rápidamente el menor, Soobin frunció el ceño. Oh dioses, sentía sus orejas calientes.

—¿Me dejarías entrar, entonces? —preguntó nuevamente el mayor, el otro parpadeó despistado.

—Eh... Ah sí, sí, sí, adelante —dijo Huening a la vez que se quitaba de la entrada. Choi lo miró extrañado un segundo antes de girar de regreso a la entrada, sin embargo, se detuvo cuando estuvo a punto de entrar, deteniendo a Kai a mitad de su huida, sosteniéndolo del brazo.

—¿De casualidad vas a la academia Baltimore? —cuestionó el peliazul causando un gay panic crecer en el menor.

—¿Yo? —preguntó anonado el castaño mientras se señalaba con la mano en la que sostenía el helado que comenzaba a derretirse, el mayor asintió— No, no, no, yo soy muy mayor de edad para preparatoria. —El peliazul frunció el ceño.

—¿Lo eres? —cuestionó el mayor, realmente dudando del chico frente a él, el castaño asintió efusivamente— ¿Qué edad tienes?

—Ve-veinte —respondió Kai más como una pregunta.

—Tienes veinte —dijo incrédulo el peliazul cruzándose de brazos.

—S-sí, ¿quieres ver mi identificación acaso? —dijo el castaño buscando en sus bolsillos, nervioso, sin siquiera pensar en lo extraño que era mostrar tu identificación a un completo extraño. Sin embargo, Soobin lo soltó para que fuera más sencillo que buscara su supuesta credencial en sus bolsillos, no creía ni un poco en la mentira del otro y Huening lo sabía. Enorme fue la sorpresa del mayor cuando el quinceañero sacó una credencial que, efectivamente, decía que era mayor de edad.

Se preguntarán ¿cómo es que un niño de quince años poseía una identificación?

Sencillo. Él estaba en una banda, y según las leyes de Corea del Sur, un menor de edad no podría participar o entrar a ciertos eventos por tener alcohol o la necesidad de un padre o tutor. Por eso él y dos de sus otros compañeros de banda habían conseguido identificaciones falsas.

Soobin miraba el pedazo de plástico incrédulo, el chico frente a él se veía demasiado joven como para ser mayor de edad. Por suerte para Kai, Soobin era muy flojo en matemáticas como para hacer la cuenta de los años que la tarjeta marcaba. El mayor asintió satisfecho por fin y entró a la tienda tras devolver la identificación. Para estos momentos el helado de Kamal era prácticamente inexistente.

Tal vez hubiera comprado otro, pero había dos cosas que lo impedían, uno: Choi Soobin estaba dentro, y dos: ya había gastado todo el dinero que su madre le había dado. Quizá después le robaría de su helado a Yeonjun hyung.

Oh como deseaba cambiar.

Resignado y sin helado caminó hacia el una de las mesas del local, esperando a sus amigos y evitando a Soobin en cuanto este salió despreocupado de la heladería con lo que parecía ser un cono de helado de fresa.

Try Hard - SooKai (ᵉᵈⁱᵗᵃⁿᵈᵒ)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora