No lo puede creer

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Pov Angela
Abrí los ojos, la cabeza me dolía y mi boca estaba seca. Lo primero que vi fue a mis padres, que me miraban preocupados y confundidos. Traté de recordar.

Terremoto. Extraños. Volcán. Extraños con superpoderes. En definitiva el sueño mas largo y raro que jamás he tenido.

Lo cual me deja con una gran pregunta.

-mamá, papá, ¿qué estoy haciendo aquí?- dije mientras me incorporaba

-ah, despertaste- dirigí mi vista al origen de esa voz. Los extraños con superpoderes. Y Mía, con superpoderes

-okeeey... sigo soñando-

-¡no tenemos tiempo para esto!- el chico de las pieles (maestro agua si mal no recuerdo) me tomó de la muñeca y me levantó bruscamente del sillón donde estaba sentada -eres el avatar, nosotros el loto blanco y estamos aquí para llevarte a donde perteneces, ahora vamos al pozo portal mágico- me dijo abriendo la puerta y haciéndome señas para que saliera -y...- me siguió haciendo señas -¡¿CREES QUE TENEMOS TODO EL DÍA?! ¡SAL!-

-¡Kuruk!- lo regañó el más alto de los extraños (Wong, creo) -me disculpo por la brusquedad de mi compañero- suspiró - pero efectivamente, el tiempo apremia-

-¡que emoción!- la maestra aire...¿cuál era su nombre? -oh, soy Aira- ¡¿qué acaso lee la mente?! -jajaja, claro que no, pero lo dice ahí mismo-

-¿dónde?-

-a veces ve ... cosas, y personas... nadie sabe de donde- me comentó Mía

-es un don- sonrió haciendo la seña de amor y paz

-okey...- negué con la cabeza - escuchen, todo esto es muy interesante... y raro... quizá un poco desquiciado, pero por favor- me señalé -¿yo, el avatar? incluso si el avatar hubiera rencarnado en alguien de esta dimensión (y no estoy diciendo que eso sucediera) ¿por qué yo?-

-yo también me lo pregunto- Kuruk se jalaba los cabellos de la desesperación -escucha, se nos dio una misión y nos vas a ayudar a cumplirla te guste o no-

-Kuruk- lo reprendieron Mia y Wong, este último siguió hablando -la razón es desconocida hasta para nuestros superiores, pero es un hecho, y lo ocurrido con el volcán lo comprueba-

Un momento, el volcán. Si yo lo hice entrar en erupción, entonces...

-no hubo muertos, ni heridos- me tranquilizó Aira -solo se chamuscó una parte del techo de la escuela, pero eso fue mi culpa- dijo rascándose la nuca y sonriendo culpablemente

-no te culpes, el fuego control es tu fuerte gracias a tu personalidad, pero es difícil de pues...controlar- Siguió Mía -créeme, se lo que te digo-

-por eso es importante que nos acompañes, para que podamos enseñarte en un ambiente propicio- Wong me extendió su mano -ayúdanos a ayudarte-

-¡un momento!- intervino mi madre por primera vez -mi hija no se ira a ningún lado-

-eso es verdad- la apoyó mi padre -tiene una familia, estudios, obligaciones; que no va a abandonar por un montón de locos-

-tienen razón- los miré -no por lo de locos pero...lo lamento...tengo una vida, aquí, y no pienso abandonarla- me alejé un poco más de ellos -espero que tengan suerte salvando a su mundo-

-pe...pero...pero- Kuruk parecía estar al borde de un ataque de nervios

-lo entiendo- respondió Wong

-¡¿QUÉ?!- y...ahí está el ataque de nervios del que le hable

-es su decisión a fin de cuentas, es mejor irnos- se quitó el sombrero que  traía y se dirigió a la salida -adiós y gracias por su hospitalidad, vayámonos chicas...y Kuruk-

-p...pe...¡PERO...! ¡AHHH!- ya rendido, se retiró

-bueno...em...nos vemos- se despidió Aira, dándome un beso en la mejilla antes de irse.

-¿tu también te vas?- le pregunté a Mía. No iba a perder a mi mejor amiga ¡¿verdad?!

-soy la última maestro fuego que queda...puedo ayudarlos- suspiró -estos a dos últimos años fueron geniales, ¿no? ja- dijo rascándose la nuca con una sonrisa culpable

-en ese caso- la tomé del brazo y traté de sonreír también -no creo que este mal acompañarlos- me volteé para hablar con mis padres -volveré en unos minutos, lo prometo-

-¡más te vale!- escuché a mi madre gritar antes de cerrar la puerta

-¿a donde vas?-

-¿que te importa duende?- mi hermano me tomó del brazo obligándome a verlo -volveré, no te preocupes-

Me dedicó una mirada severa, suspiró y me soltó -cuídate- dijo mientras pasaba una mano por su cabello. La otra estaba vendada.

-lo haré-

Los "minutos" que les dije a mis padres que tardaría fueron alrededor de 3 horas caminando bajo el sol. 

-te dije que podías regresar a casa si querías- 

- y te vuelvo a responder- respiré profundo, tratando calmar mi corazón. Era el quinto descanso que tomábamos -que te acompañaré hasta llegar- exhale -¿cómo es que no estás cansada?-

-el entrenamiento del loto blanco también es físico-

-otra razón más para no ir con ellos- reí, pero noté como ella se tensó -oye, estarán bien, te tienen a ti, después de todo- le di un leve golpe en el hombro -y tu eres la mejor en todo-

-gracias- sonrió -bien, ya casi llegamos-

-¡eh, tortugas!- nos gritó Kuruk una vez estuvimos con ellos -¿por qué tardaron tanto?-

-Kuruk-

-¡¿ahora que, Wong?!-

El mayor suspiró -es hora de irnos-

-al fin- el moreno subió a una de las paredes del pozo -no se tarden demasiado- se dejó caer

-¡me muero por ver de nuevo a Nala!- me comentó Aira antes de saltar dentro del portal

-adiós, amiga- se despidió Mía 

-hasta luego- le respondí dándole un abrazo, que ella me devolvió antes de meterse con cuidado en el pozo

-bueno...- dije mirando al único chico que faltaba -iré a conseguir un taxi- mentira, ni dinero traía

-señorita Angela- 

-¿si?- me abrazó. ¡Dios mio!, ¡el chico más apuesto que jamás he conocido me está abrazando!. Todo es perfecto; sus brazos alrededor de mi espalda, su olor, el viento golpeando mi rostro.

Un momento. Hace un segundo no había ni una corriente de aire.

Me separé de él bruscamente, y comprobé que me encontraba dentro del portal

-¡lo lamento, me tropecé!- gritó él, pero el sonido del viento impedía que lo escuchara. Dirigí mi vista a mis pies, allí donde aún podía ver la entrada del pozo, haciéndose más pequeña a medida que nos alejábamos de ella. Que me alejaba de todo cuanto conocía y amaba.

Pov. Normal

Unas horas más tarde, en casa de Angela, sus padres y su hermano se encontraban en la sala, envueltos por un silencio sepulcral. La madre tomaba un té para los nervios, envuelta en una cobija y al borde del llanto, mientras que su esposo le pasaba el brazo por la espalda, consolándola. 

Afuera el cielo estaba lleno de estrellas, pero sin luna. Parecía burlarse de la familia, pes era la clase de cielo que a Angela más le gustaba.

Finalmente, el hijo mayor expreso lo que los tres tenían en la mente

-ella no volverá-



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⏰ Última actualización: Jan 19, 2016 ⏰

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Avatar: Nueva eraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora