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- ¡Feliz cumpleaños Norton!

- ¡Que buena fiesta, bro!

- Tal vez te de un "regalo especial" luego...

- Sin dudas, la mejor de todas las fiestas.

Norton estaba cansado de escuchar todos esos comentarios.

Sentado, en la mesa de su cocina se soba las sienes mientras se lleva un shot de tequila a la boca. Al principio fue divertido: Bailar, cantar, tomar y fumar un poco en compañía de conocidos al mismo tiempo que perfectos extraños. Pero pasadas las 10 dejó de ser entretenido y se volvió un martirio total.

Sabía que era mala idea empezar desde tan temprana hora como las 6, pero sus compañeros de casa insistieron tanto que terminó accediendo a ello; ahora se arrepentía: estaba cansado, agotado totalmente. Sus ojos ardías y se sentía caliente, como si tuviese fiebre o estuviese enfermo. La garganta dolía pero el alcohol parecía ser la única cura en ese momento, no estaba tan borracho como sus compañeros al menos.

Se recargó en el respaldar de la silla y miró a sus alrededores, vaya mierda. A pesar de ser el cumpleañero, nadie parecía prestarle atención realmente. No tenia nadie con quien conversar, se sentía tan sólo e irónicamente, su casa estaba hasta reventar de personas.
Se sacudió un poco en su lugar, se puso en pie y se dirigió a la nevera de la cual sacó una cajilla de cervezas medio llena. Tratando de darse lugar entre tanta gente se encaminó a la puerta y con suerte logró salir sin ser tocado de más (pues no estaba precisamente de humor para ello).

Las calles del campus estaban vacías, lógicamente ya que toda la universidad yacía en su hogar. Empezó a caminar a paso relajado lejos de la fiesta, escuchando cada vez mas lejos la estrepitosa música.

Vagó un buen rato en busca del lugar perfecto para sentarse y meditar, beber las cervezas que llevaba consigo, y más que nada para alejarse de toda la multitud.

Las aceras junto al campo de rugby parecía ser un buen sitio: Eran oscuras pero no demasiado, ya que la luz del campo ambientaba lo suficientemente bien sin ser demasiado molesta, y sus bancos eran bastante cómodos.

Estando cerca de dicho lugar pudo escuchar algo fuera lo común. Una grabadora, reproduciendo música que si mal se equivocaba era de The Weeknd "In your eyes" una canción que le gustaba mucho a decir verdad.

Intrigado, se acercó siendo guiado por la melodía y se topó con un interesante escenario: En una de las banquetas reposaba la grabadora, junto a esta unas latas de cerveza posiblemente vacías y una persona encapuchada bailando en la acera.

Norton se quedó gélido en su lugar, mirando en el más mínimo detalle al sujeto. Era un chico, eso seguro aunque por su estatura fácilmente le podría confundir; usaba una sudadera verde olivo, botas negras de cuero y un pantalón negro de jean. Sin dudar verle bailar era hipnótico, se movía bastante bien y tenía mucho ritmo, sin mencionar lo seductor que a Norton le parecía; a él siempre le gustaron los chicos con esa pasión al bailar que solo un latino posee.

Norton se armó de coraje y aprovechando que el sujeto no le había visto todavía camino y se sentó en la banqueta junto a sus cosas. Dejó caer la cajilla al suelo llamando así la atención del extraño quien dejó de bailar solo para mirarle.

- Bailas bien. - Dijo con una sonrisa ladina. Acto seguido tomó una de las cervezas y usando su anillo de graduación destapó la botella. - Pero estoy seguro de que yo lo hago mejor. - Dijo y se llevó la boca de la botella a los labios para darle un sorbo a su bebida.

Midnight boy ;; Identity VDonde viven las historias. Descúbrelo ahora