El Mejor Regalo

– Princesa – sonreí agachándome hacia ella y pregunte – ¿Y por que debería hacerlo?

– Por que le dije a mamá sobre las visitas – levantando su vista – y se que era una sorpresa para ella pero yo estoy muy feliz por que vendrán mis Tíos y no aguantaba no decirlo.

Quede atónito.... – ¿Hija como sabes eso? – volví a preguntarle.

– Si te lo cuento no me lo creerías Papá – moviendo su cabeza – pero no te enojes conmigo.

– No mi amor – le di un beso en la frente – como podría enojarme con mi Princesita – le respondí sonriendo y parándome – ahora descansa ¿Ya? me lo prometes.

Ella se estiro tapándose hasta el cuello... Si Papito te lo prometo.

– Buenas noches mi amor – le dije y comencé a caminar, iba a pagar la luz cuando escucho que me dice: Papá la puedes dejar prendida por favor.

Me di vuelta diciéndole: Claro querida – sonreí – pero de inmediato sentí una presencia muy conocida para mi, que extraño pensé abriendo la puerta.

– Que tengas felices sueños – termine de decir y cerré la puerta.

Salí de la habitación con una sensación muy extraña, como pensando que mi Hija no estaba sola en su cuarto ¿Había alguien más? No, debe ser mi imaginación – moviendo la cabeza – ya que es muy tarde y estoy cansado por eso estoy viendo cosas donde no las hay – me dije comenzando a caminar hacia las escaleras.

– No me miren con esas caras – dice una pequeñita sentándose en su cama y cruzándose de brazos.

– Cariño – comenzó a decir una mujer de ojos esmeraldas mirándola y sentándose a su lado – no debiste preocupar a tu Mamá.

– Y a tu Papá tampoco – dijo seriamente un hombre parado al frente de ellas.

– Abuelitos – los mira sonriendo – ustedes no entienden – explicaba Aiko moviendo la cabeza de un lado para el otro – con la noticia de mi Hermanito estoy muy feliz y con la llegada de mis Tíos Touya y Yukito lo estoy aún mas.

– Lo sabemos pequeña Aiko – le contesta Nadeshiko Kinomoto acariciando su cabello – pero debes prometernos que no le dirás a nadie más que nos puedes ver.

– Puede ser muy peligroso si alguien se entera del don que tienes querida Nieta – dice esta vez Hien Li mirándola con ternura – ya que en este mundo existen muchas personas que solo quieren hacer el mal –moviendo la cabeza – que tienen malos sentimientos, malos pensamientos y lo único que buscan es aprovecharse y explotar talentos como el tuyo.

– Esta bien Abuelitos – les dice levantando su mano – yo Aiko Li Kinomoto prometo no decirle a nadie más que puedo ver fantasmas.

Hien Li y Nadeshiko Kinomoto solo observan a su Nieta sonreírles con mucho entusiasmo, alegría y valentía, sin duda ella había heredado el mismo espíritu de sus Padres, el que tanto admiraban sus abuelos de ellos.

Y en el Aeropuerto Hong Kong Inti (HKG)

– Como es posible que me pasen estas cosas – decía Touya moviendo la cabeza.

– Cálmate amigo por favor – dijo Yukito.

– ¿Cómo quieres que lo haga? – decía enojado – el vuelo se demoro más de lo que pensábamos, la azafata me derramo todo el refresco encima – mirándose de pies a cabeza – un bebé me vomito en toda mi ropa y para rematarla mi maleta se extravió ¿No crees que es demasiado?