Nada entre nosotros

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«... y es que no soy nada más que un pobre diablo enamorado. Mis ojos tuvieron la desdicha de posarse en la única mujer que nunca me amaría. No soy digno de ella, pero también la merezco.

Soy ingenuo, más no imbécil, estaría dispuesto a probar su temple, permitirme enamorarme de ella, e invitarla a experimentar los más dulces placeres del fruto prohibido. Pero ella nunca aceptaría, no por voluntad propia, debo aceptar su rechazo, sonreír y hacerle creer que me agrada la idea de ser amigos. Porque para ella es imposible que algo ocurra, porque para ella no hay nada entre nosotros.

Yo no valgo una amistad, no tolero la idea de un amor fraternal, ¡claro que no!. Deseo ser ese amor erótico que la hace sonrojar entre recuerdo de noches apasionadas, quiero ser ese romance obsceno y morboso que la haga sentir avergonzada cada vez que ve a los ojos a sus padres, quiero ser su amor abrasador, pero ella ya tiene uno.

Así que la única forma en la que yo la tenga, es cuando no le pertenezca a nadie. Y eso, amigos míos, es mi plan maestro.

Tendré que matarla, es la única forma en la que puedo asegurarme que no tendrá nada con nadie, y que estará conmigo en el otro lado.»

¿Qué le sucede a William?©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora