Jake es un chico de 19 años, quien toda su vida hizo lo que quiso con las personas que quiso. Un fuckboy. Un día todo cambia en su vida, al conocer a Sunghoon. Un bonito chico que le llama la atención y a quien decide cómo "próxima víctima"
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Sunghoon:
Es mi primer día en la nueva Universidad.. Espero hacer muchos nuevos amigos y que enserio quieran pasar tiempo conmigo, no como los anteriores.. Estoy muy nervioso.. ¿Y si algo sale mal? ¿Y si no le caigo bien a nadie? O peor, ¿Si mi nuevo compañero de cuarto me comenzara a odiar luego de conocerme? ¿O si a mi no me cae bien él? Seria muy dificil vivir asi...
— ¡Sunghoon, ya es hora, baja cariño! — Dice su madre desde la sala.
— Sh: ¡Ya voy! — Tomó su mochila y bajó, viendo a su madre mirar la televisión desde la mesa.
— ¿Como estas? ¿Nervioso hijo? — Sonrie.
— Sh: Si mama, estoy muy nervioso, creo que tengo algo de miedo tambien.
— ¿Miedo? ¿Miedo a que Sunghoonie? —- Dice confundida.
— Sh: A.. Todo... ¿Y si a nadie en la universidad le caigo bien? ¿O mi compañero de cuarto me odia? Tendré que vivir con él durante todo el año, todos los días de semana, no será facil si me odia o me hace la vida imposible. — Dice un poco triste.
— Ay Sunghoon, ¿Como podría alguien odiarte?, Veras que tendrás muchos amigos que te amaran, tal vez hasta consigas una novia.
— Sh: Novia.. Si.. Tal vez.. — Hace una pausa. — Emh.. Yo.. Mama llegaré tarde el primer día. — Cambia de tema, sonriendo apenado.
Siempre se había preguntado por qué no podía sentir por las chicas lo que sentía por los chicos, desde que era pequeño, nunca se sintió atraído por chicas. Le tomó un largo tiempo aceptarse a sí mismo y aceptar que nunca lograría sentir amor por alguna mujer.
No lo había pedido así, no lo quería así, él quería ser como todos los otros chicos, pero solo no podía, no sentía nada al tomar la mano de una chica, no sentía nada al besar una, no sentía nada por las mujeres. Aunque se obligara a si mismo, no era algo que pueda controlar.
En cambió, con chicos era distinto. Besar un chico lo hacía sentir su corazón latir rápidamente, lo hacía querer seguir besándolo, sentía nervios, emoción, felicidad, y al mismo tiempo, era algo que no se puede explicar con simples palabras. Solo podía decir que era algo único.
Y la verdad, le apenaba que sea así. Le ponía triste no poder controlar eso.
No era hijo único, pero lo único que quería era hacer feliz a su madre, darle nietos, ser feliz con una mujer, casarse...
Y si, eso es lo que su madre quiere, lo que a ella le haría feliz.
Él no quería nada de eso, solo quería un chico a quien amar y que lo ame, alguien que le dé mimos por qué si, alguien que no lo oculte, que no se avergüence de caminar a su lado con sus manos entrelazadas, que lo abrace, que lo escuche, escucharlo hablar sobre lo que le gusta con una sonrisa, estar ahí cuando esté triste; quería amar y ser amado, un amor sano y duradero.
