𝐎𝐍𝐄 𝐒𝐇𝐎𝐓𝐒

𝓒𝓮𝓭𝓻𝓲𝓬 𝓓𝓲𝓰𝓰𝓸𝓻𝔂

Siento el suave calor del sol entrar por la ventana de mi habitación, seguido de ello un susurro junto a mí que cada vez se escucha más cerca.

Sonrío al sentir el aroma de su perfume inundar el lugar, besa mi mejilla pero no abro los ojos para seguir fingiendo que estoy en un profundo sueño.

Mueve el cabello que cubre mi cuello para dejar un beso allí, mi cuerpo se relaja al sentirlo y el sueño vuelve a apoderarse de mí hasta que noto lo que esta haciendo.

-¡Ced!- grito haciendo que se aleje.

Me levanto a verme en el espejo, es demasiado tarde. Una marca rojiza descansa en mi cuello, aunque agradezco que al menos lo hizo llegando a la clavícula y no en medio del cuello.

- Buenos días- me abraza por la espalda y veo su rostro en el espejo.

Tiene una gran sonrisa y sus ojos grises destellan, me giro entre sus brazos y mis ojos van a los suyos.

- ¿Esta es tu dulce manera de despertarme?

- A mi me pareció bastante dulce... - dice con una sonrisa.

Aprovechando su estatura mucho mayor que la mía besa mi frente. Sin duda la profesora McGonagall me dejaría un par de días en castigo.

- ¿No deberías estar desayunando con tus amigos?

- Glenn me dijo que viniera, de echo ella me dejó entrar... Comentó que no te sentías muy bien

- Estoy perfectamente, solo que ahora tengo una marca de mi hormonal novio en el cuello

-No lo verán, a menos que te quites la bufanda...

Me separo de sus brazos y voy a observar por la ventana, si al menos hacia frío podría cubrirlo. Pero el sol estaba en todo su esplendor, hace mucho no veía un día tan soleado.

-¡Mínimo hay 30° afuera!

Estalla en carcajadas, lo dejo allí mientras voy a ducharme y vestirme en el baño de chicas. En el camino de regreso al menos nadie me ve, cuando entró a la habitación inmediatamente me toma de la mano para salir al gran comedor.

- No tengo hambre- comento y detiene su paso al instante.

-¿Tú? Tú siempre tienes hambre, por algo son conocidos los Weasley...

Entramos para ver a una sonriente Glenn que nos saluda desde la mesa de Gryffindor, vamos a sentarnos junto a ella. Todos nos saludan y mis hermanos nos dedican una sonrisa, Glenn se acerca más a mí para susurrarme.

- Espero que la sorpresa te haya dejado de muy buen humor...

- ¿Bromeas? Ahora tengo que mantenerme lejos de los profesores

Tomo mi cabello que llevaba suelto para mostrarle, sus ojos se abren como platos y un pequeño grito salió de sus labios.

- ¡Pero que demonios...! - habla Glenn y mis tres hermanos se vuelvan a mi dirección.

Todos fijan su vista en Cedric, quien capta la indirecta y comienza a levantarse lentamente de su puesto.

-¡Eres hombre muerto, Diggory!

Gritan Fred y George para salir corriendo detrás de él.