Proyecto 4 personajes.

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Objetivo: Relato corto con 4 personajes de novelas que me hayan gustado.

Autores elegidos:

- Charles Bukowski (La senda del perdedor) - Henry Chinaski.

- Vladimir Nabokov (Lolita) - Humbert Humbert.

- George R. R. Martin (Canción de Hielo y Fuego) - Tyrion Lannister.

- George Orwell (1984). - Winston Smith.

Metidos en aquella diminuta y asfixiante ratonera con pretensiones de salón, Humbert Humbert y Tyrion Lannister se dirigían la mirada, pero no la palabra. Por la mente poco higiénica del europeo cruzaban preguntas bañadas en curiosidad; que cómo serían sus padres, que cómo diablos podría conducir un coche aquel petit garçon, que cómo es posible que la naturaleza se hubiera aliado con el azar de una manera tan magnánima para dar un enano. Pero qué podría él echar en cara a la naturaleza; una oveja descarriada con un pensamiento tan antinatural como el suyo. 

Ahora que lo pensaba, Tyrion tenía la misma altura que Lolita con doce años. "¡Lolita! Mi dulce Lo. Dolores Haze, que decidiste dejarme aquel día y convertir a Humbert el manso en Humbert el asesino. Encerraste a Humbird en una jaula, mi Lolita".

Tyrion buscaba entre sus ropajes rojos algún arma con la que defender su pellejo si se diera la ocasión, por si aquel perturbador hombretón decidía ponerle una mano encima. Pero como siempre había sucedido, su mayor arma acabaría siendo su propia lengua. El pequeño león se acomodó en su asiento y bebió un trago de vino, emitiendo un profundo eructo después.

—Oye mi rugido —declaró finalmente. Y paseó la vista por la estancia, buscando al anfitrión entre los invitados que estaban allí para que le diera explicaciones. O para que le trajera una puta. En vez de eso, se encontró con un muchacho alto de mirada afilada, que se hacía llamar Henry Chinaski y que tenía la cara poblada por unas pústulas enormes y supurantes—. Uf... Tu piel tiene mala pinta. ¿Viruela?
—Tu nariz tiene mala pinta. ¿Gilipollas?
—No, un hacha. Pero empuñada por un gilipollas, cierto. 

Y volvió a beber. Y Chinaski desvió la vista.

Cerca de ellos, un hombre se hallaba encogido contra la ventana. En silencio. Solo lo había roto una vez para decir que se llamaba Winston Smith.
—¿Oye, en qué año estamos? —preguntó Tyrion, extrañado por sus ropajes.
—1984 —respondió Winston con desgana.
—Imposible.
—¿Qué? ¿Cómo que no? —Winston palideció—. ¿Es algún tipo de no-verdad? ¿Te lo ha dicho Julia? Porque yo soy un bien-piensa. Yo amo a Gran Hermano.
—¿Qué coño dice este tío? —gruñó Chinaski—. Vaya marica de mierda. Que alguien le traiga una vagina.
—Hombre, sin faltar —contestó Tyrion—.Tú no sabes lo que se lleva eso en Poniente... 
—Pues qué asco. En mi América lo que se lleva son los palizas en casa y las colas en las oficinas del desempleo.
—¿Qué América es esa? —quiso saber Humbert—. De mi América yo solo recuerdo aquellos soleados partidos de tenis...

Rap/poesía y relatos cortos. ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora