| 32 - With you I feel safe|

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Al día siguiente me desperté al lado de mi mejor amiga. Las lágrimas volvieron a agruparse en mis ojos, estaba tan agradecida de tener una amiga como Anne.

Miré mi celular, que tenía cientos de mensajes y llamadas de Zack. Pero decidí que no quería verle más, nuestra relación estaba oficialmente terminada.

Me dolió un poco pensar en eso, porque yo le había dado una oportunidad, por primera vez alguien no había jugado conmigo y me había demostrado su amor. Pero, supongo que no todo es color de rosa.

Le dejé una nota en la mesita de noche a Anne, avisandole que estaré en casa y agradeciéndole todo lo que ha hecho por mí la noche anterior.

Cuando salí hacia el exterior un cálido aire golpeó mi rostro, había olvidado que estábamos cerca del verano. Pero igualmente esto ayudaría a mi mente a despejarse.

Mi hogar quedaba a unas pocas cuadras de aquí y agradecí  haber dejado ropa en la casa de Anne, ya que sino tendría que irme con el vestido que tenía ayer, a las nueve de la mañana. No una buena idea.

Mi brazo tenía unas marcas del agarre de Zack y eso hizo estremecer, ya no podía pensar en él como el chico dulce que conocía, ahora era un monstruo.

Lo peor, es que él no podía excusarse de que estaba ebrio o que el alcohol hizo efecto sobre él. Es así, sobrio hubiese hecho cualquier cosa conmigo si nadie se hubiese percatado de eso.

Mi estómago se revolvió. Una bocina de un coche hizo que mi cuerpo se detuviera y se quedara inmóvil. Lo único que podía repetir dentro mío  era "que no sea Zack, que no sea Zack, que no sea él."

—¡Olive! —escuché su voz y me giré de inmediato. Timothée estaba allí—sube, por favor.

Hice lo que él me pidió y quedó mirándome, mi vista fija en frente, mirando hacía delante.

—No sé... no sé que decir —dije, él tomó mi barbilla y me obligó a mirarle.

—Nada...

Me lancé a sus brazos, llorando mientras acariciaba mi cabello y consolaba. No se cuantos minutos estuvimos así, pero con él me sentía tan segura, sabía que nadie podría hacerme daño si Timothée estaba aquí, conmigo.

—Te ves preciosa hasta cuando lloras —secó una lagrima de mi mejilla con su pulgar. Eso me hizo sacar una sonrisa— aunque odio verte llorar.

—Gracias... —volví a recordar la noche anterior— gracias por ayudarme.

—Es lo menos que podía hacer... —su rostro a centímetros del mío.

—No sé que sería de mi vida sin ti.

—Yo sí se lo que es mi vida sin ti —sus ojos fijos en los míos, sacando su parte  vulnerable y la mía también— y es horrible.

—Puedes hacerlo... —frunció sus cejas en confusión— puedes besarme... por favor.

Nuestro labios unidos, como si estuvieran hechos a medida. El uno para el otro. Un beso suave, delicado y con amor. La primera vez que entre nosotros un beso era así. Explicando lo que las palabras no podían o lo que nuestro orgullo no nos dejaba.

—¿Puedo irme contigo? —dije en un susurro.

—Iba a casa, claro que puedes ir conmigo.

—No quiero ver a Zack —le miré y él encendió el coche.

—No vas a volver a verlo, lo prometo.

—Comparto clases con él... —me miró y puso su mano en mi muslo.

—Lo sé, pero prometo que no dejaré que te haga daño o te hable.

Cuando llegamos a su casa, tratamos de escabullimos rápidamente hacia su habitación para que sus padres no nos vieran, pero fue en vano porque su madre apareció en las escaleras.

—¡Olive, querida! —su madre me abrazó— que gusto volver a verte aquí...

—Iremos arriba mamá, le ayudaré con unas cosas de la universidad.

—Oh claro, que niños tan aplicados —ella continúo su camino y en el último escalón nos miró— te cuento para el almuerzo querida— desapareció antes de que yo puedo contestar.

—Creo que te quedas a almorzar —me tomó de la mano y terminamos de subir los pocos escalones que faltaban— ¿quieres descansar? Puedes quedarte aquí...

—¿Puedes leer los mensajes de Zack para mí? —su mirada algo desconcertada, pero igual accedió. Los dos nos sentamos en su cama, le tendi mi celular y él lo tomó.

—Olive, eres una zorra —me miró, expectante, quería saber si continuar o no. Yo asentí— ¿Te fuiste a follar con el idiota, no? —tomó aire— pues para mí estas muerta, nuestra relación esta muerta.

Lágrimas comenzaron a caer por mis mejillas, realmente le di una oportunidad a Zack, realmente traté de amarle y él me trata así.

—Estos son de la mañana... —me tomó de la mano— ¿donde estas? Lo siento, siento lo que dije. No quiero perderte, yo si te amo...

—Basta... —puse mi mano libre sobre el celular— no puedo escuchar más.

—¿Tú lo amabas? —me miró fijo, tratando de comprenderme, su pregunta hizo que mis lágrimas salieran con más fuerza.

—Intenté, pero él siempre supo que no podía amarlo tanto como te amo a ti —estaba sorprendido y yo también, lo que acababa de decir, era algo que tenía guardado bajo siete llaves en el fondo de mí alma— pero sí, lo amé. Aunque estuvimos dos meses juntos.

—Esta bien...

—No te enfades —sentía mi rostro caliente de tanto llorar, pero las lágrimas no cesaban.

—No me enfado, lo siento... —se puso de rodillas frente a mí— no quiero decirte u obligarte a decir nada, no ahora. No estamos bien.

—¿Pero sí me sigues amando? —pasó las manos por su cabello y luego las posicionó sobre las mías.

—Nunca he dejado de hacerlo.

Acorte la distancia que quedaba entre nosotros, para saborear sus labios otra vez. Me sentía tan bien cuando le besaba, me hacía sentir que todo el dolor que tenía dentro de mí desaparecía y ya nada importaba a nuestro alrededor.

—No quiero que me dejes, no te alejes de mí. No otra vez, por favor —nuestras frentes pegadas una con la otra.

—Te lo prometo Olive, de ahora en más no te dejare ni un segundo sola. Nunca más —reí ante eso y volví a besarlo, disfrutando del amor que me transmitía.

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Holaa! Feliz año a tod@s, que la pasen  hermoso con su gente. Como siempre gracias por todo el amor que le han dado a esta historia y que me han dado con sus bellos comentarios. L@s amoo

My Brother's Best Friend • Timothée Chalamet [Editando]  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora