Extra.

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JiMin miró al pequeño niño a su lado y revolvió sus cabellos negros como el ébano, enternecido por su linda apariencia y sonidos que intentaban copiar a los de esos efectos que poseían las películas de acción.

— Ya vendrá YoonGi, bebé. — Susurró el rubio en tanto observaba la mueca de felicidad pura en los ojitos del infante.

— ¿Papi vendrá?

— Síp, viene en camino, cariño.

Tras esas palabras y unas exclamaciones felices por parte del más pequeño, ambos se dispusieron a esperar. JiMin y Jiwoon hablaban animadamente de las caricaturas que solía ver el menor por las tardes; incluso, el de pequeña estatura le comentó acerca de todos los juegos nuevos que le enseñaron en la escuela y que ahora podría practicar con ellos cada que tuvieran tiempo libre.

La emoción de Jiwoon era algo que JiMin amaba. Esa inocencia característica de un niño pequeño, sus ojos brillantes cada que solía apreciar algo nuevo y peculiar. La inocencia en su ser entero, esa inocencia que lograba crear esa expresión de asombro en su cara cada que JiMin le contaba diversos cuentos donde personajes ficticios eran protagonistas de miles de aventuras junto a dragones y seres mágicos.

JiMin quería lo mejor para el pequeño niño.

Durante su infancia, JiMin creció carente del cariño paternal que tanto había anhelado. Escuchar historias donde él podría ser el protagonista y héroe de un mundo ficticio. No se quejaba, su madre fue todo para él en su momento antes de morir, pero en él siempre quedó aquella luz de añoranza por haber tenido un padre en quien confiar.
Muchas veces Park se preguntaba si las cosas hubieran sido distintas; si tener padre hubiera desembocado en cosas malas o buenas. ¿Sería ahora el mismo JiMin? ¿Habría conocido a YoonGi?

Ya no habían espacios para un "hubiera" en su vida. No cuando ya estaba planeando dar aquel importante paso junto al azabache. Recordar a su novio lo hizo sonreír aún más ancho.
Habían pasado más de ocho años desde que YoonGi apareció en su fiesta de graduación con aquel hermoso ramo de flores entre sus manos y le dieron un inicio oficial a su relación. Durante todo ese tiempo habían pasado por muchas cosas, habían perdido y ganado, lloraron y rieron hasta que el dolor en sus estómagos era tanto que el momento era simplemente irreal en sus recuerdos existentes.

— ¡Allí están! — Jiwoon exclamó mientras soltaba la mano de JiMin y corría hasta los brazos de su padre.

La escena entibió el corazón del rubio, logrando hacerle reír con dulzura y cariño.

— Señor Min. — Ronronea la voz de su pareja mientras se acerca para darle un corto beso en sus labios.

— Nop, soy Park aún. ¿Lo recuerdas?

— Oh, cállate, pronto será Min JiMin. — YoonGi abrazó su cuerpo y depositó un beso en su frente.

— ¡Tío YoonGi! — Jiwoon volvió corriendo mientras daba saltitos en su lugar, levantando el juguete de Superman entre sus deditos. — ¡Gracias! ¡Gracias! ¡Papá me dijo que lo compraste para mí!

— ¿Eso hizo el tío YoonGi, bebé? — JiMin alzó una ceja hacia el pálido.

— ¡Síp! ¡Papá me dijo eso! — Jiwoon señaló a su padre, quien sólo sonreía divertido apoyado en el auto negro tras de él.

— ¡Será mejor que sea verdad, Jeon!

— ¡Tenlo por seguro, Min! — TaeHyung señaló con burla.

— ¡Aún soy Park!

— ¡Park, mis bolas!

— ¡Kim TaeHyung, ese vocabulario! —JiMin Reclamó mientras Jiwoon simplemente corría hacia la resbaladiza del parque donde se encontraban y jugaba con su nuevo juguete.

𝐌𝐀𝐒𝐓𝐔𝐑𝐁𝐀𝐓𝐈𝐎𝐍 手淫 YOONMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora